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Símbolos

Doce

12

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Simbolismo del número doce (12)

El doce es un número natural que se escribe con la cifra 12. Es un número compuesto cuyos factores propios son el 1, el 2, el 3, el 4 y el 6. Si estos se suman, dan como resultado el número dieciséis (16), por lo cual se le denomina como un número abundante. Más allá de sus propiedades matemáticas, el doce es un número de gran valor simbólico para diferentes culturas. Este se puede encontrar en los doce meses del año, las doce estrellas del cielo, los doce apóstoles, los doce frutos del Espíritu Santo, las doce horas del día y las doce horas de la noche, las doce notas musicales, los doce dioses principales del mundo griego, los doce caballeros que defendían la mesa redonda del mito artúrico y los doce hijos de Jacob.

El doce es el número de todas las divisiones espaciotemporales, entiendo estas como las cuatro direcciones o los cuatro puntos cardinales de los tres planos del universo (el celeste, el terrestre y el inframundo). El doce también es el número de franjas en las que se dividió el cielo estrellado de la antigüedad, correspondiendo cada franja a una constelación, a un signo zodiacal. De forma similar, el calendario chino estaba compuesto por doce meses, cada uno de los cuales representaba las doce paradas que hizo el emperador frente a las puestas del Ming-t’ang. El año también estaba dividido en doce para los hebreos y los asirios. En otras culturas asiáticas, existían medidas temporales que eran superiores al año y que correspondía a doce años. De esta manera, el doce simboliza lo cíclico del espacio, del tiempo y del universo.

El doce también es un número que está estrechamente relacionado con otros de gran valor simbólico, como lo es el cuatro. Por ejemplo, el doce es el número que se obtiene al multiplicar los cuatro elementos (fuego, agua, tierra y aire) por los tres principios de la alquimia (azufre, sal y mercurio); o al multiplicar los elementos por sus fases sucesivas (evolución, culminación e involución); o al multiplicarlos por otros tres elementos esenciales que varían de cultura en cultura, como es el caso de los tres gunas del hinduismo (actividad, inercia y armonía).

El doce tiene importantes interpretaciones simbólicas para el cristianismo. Por ejemplo, es el número que se obtiene al multiplicar el número cuatro del mundo espacial y el número tres del mundo divino. De esta forma, el doce representa el mundo acabado, la perfección. Este se puede encontrar en los doce meses del ciclo litúrgico, en los doce apóstoles que acompañaron a Jesús, en las doce bases de la muralla de Israel, en las doce puertas de la ciudad celestial de Jerusalén, etc. El doce también es el número de la elección divina, cuando Dios eligió al pueblo de Israel, conformado por los doce hijos de Jacob. Cada uno de estos engendró las doce tribus que conformarían el pueblo hebreo. Por tanto, el doce es el número de la Iglesia. De hecho, la elección de los doce apóstoles representa la elección de un nuevo pueblo. Por todo lo anterior, los sacerdotes contaban con doce joyas, las cuales representaban los doce frutos del árbol de la vida.

No obstante, la mujer que se mencionada en el Apocalipsis tiene una corona con doce estrellas sobre la cabeza. La ciudad futura del cristianismo, elaborada en oro puro, tiene sus cimientos en doce bases, cada una de las cuales tiene inscrito el nombre de un apóstol. Para el fin de los tiempos, se menciona que esta ciudad tendrá 144.000 fieles, que es una cifra que se obtiene al multiplicar 12.000 por las 12 tribus de Israel. Ante esto, Paul Claudel señala que, entendiendo que el doce es el número de la perfección, el 144 es el resultado de la perfección al cuadrado. Es decir, de la perfección multiplicada por ella misma, generando así un paraíso geométrico y matemático.

Símbolos

Sigilo

Sigilo Símbolo

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Simbolismo del sigilo mágico

El sigilo es un símbolo usado dentro de la magia y el esoterismo. El término sigilo proviene del vocablo latino sigillum, que se puede traducir como “sello”. Por esto también se conocen estos símbolos como sellos mágicos. Anteriormente, estos se utilizaban para convocar ángeles, demonios u otros personajes bíblicos y fantásticos; mientras que en la actualidad se utilizan como amuletos, como firmas para realizar pactos o como formas para realizar peticiones. Los sellos por lo general son cuadrados y contienen distintos motivos dentro o alrededor, aunque también los hay cuadrados y en forma de estrella o de inscripciones.

De esta manera, dentro de la magia ceremonial de la Edad Media, los sellos mágicos se usaban para invocar ángeles o demonios. Esta tarea sólo podía ser realizada por un mago. Para poder llevar a cabo la invocación con total éxito, estos debían leer grimorios, que era como se conocían a los libros que tenían toda la información relacionada con aquella magia. El ejemplo más conocido de este tipo de libros es La Llave Menor de Salomón

, también conocido como Lemegeton Clavicula Salomonis o simplemente como Lemegeton. Este grimorio, de autor anónimo, fue escrito alrededor del siglo XVII y contiene 72 sellos distintos que podrían usarse para invocar a los 72 príncipes del infierno.

Sigilo Símbolos

Un extracto del libro Sefer Raziel HaMalakh destacando varios sigilos mágicos (o segulot, סגולות, en Hebreo).

Según se creía, una vez que estas entidades eran invocadas por el mago, este tenía absoluto control sobre ellas. Uno de los métodos más utilizados para elaborar sigilos era a través de cuadrados mágicos (conocidos también como kameas). Estos disponían de unos números encerrados varias celdas, las cuales estaban organizadas en filas y columnas. Ello se debía a que cada número representaba un ser específico y significado simbólico. Así, se escribían números que dieron igual producto al sumarlos en filas, columnas y diagonales. También se unían determinados números con líneas rectas o curvas para crear figuras abstractas y mágicas.

Si bien el concepto de sigilo mágico es propio de la magia occidental, cuyos primeros registros se pueden encontrar en la Orden del Amanecer Dorado, quienes creaban sellos combinando colores, palabras, imágenes y figuras; el uso de símbolos y sellos mágicos se puede encontrar desde los primeros momentos de la humanidad, en la era neolítica. Así, pueden encontrarse ejemplos de esta tradición en los yantras del hinduismo, las runas mágicas de los nórdicos y los veves de los pueblos subsaharianos.

Pese a la antigüedad del empleo de los sigilos y símbolos mágicos, la popularidad de estos en la modernidad se debe al ocultista y artista inglés Austin Osman Spare, quien en medio del auge del Art Nouveau desarrolló una pintura cargada de simbolismos y significados ocultos. Además creó un método para crear sigilos mágicos a partir de la escritura y la pintura automática, técnicas aprehendida del surrealismo. Desde entonces, los sellos mágicos se extendieron por diferentes cultos y filosofías esotéricas del New Age, como la Magia del caos.

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Egipcios

Cetro nejej

Cetro Nejej
Jeff Dahl, CC BY-SA 4.0, vía Wikimedia Commons

Simbolismo del cetro nejej

Los gobernantes del antiguo Egipto recibían el título de faraón, el cual fue obtenido por primera vez por Narmer (Menes), responsable de la unificación del Bajo y el Alto Egipto. El término faraón, proveniente del egipcio per aa (pr ˤ3), quiere decir “casa grande”, en referencia al Egipto unificado (conocido como Imperio Nuevo). Para simbolizar la autoridad que poseía sobre el todo el territorio egipcio, el faraón llevaba una serie de prendas y de símbolos que lo mostraban como descendiente de Narmer. Así, estos eran las coronas, el nemes, el ureo, el trono, la cola de león o toro, la barba postiza y los cetros.

Cetro Nejej Símbolo

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El faraón podía llevar distintos cetros dependiendo del contexto específico en el que se encontraba. De esta manera, podía llevar u otro si estaba comandando una batalla, si estaba en su palacio o si estaba en una ceremonia espiritual. Cada uno de estos tenía un significado distinto. Así, el cetro sejem era utilizado por los faraones y los nobles para simbolizar el poder y la autoridad. Este tenía una forma similar a la de una pequeña espátula, pero con un grosor mucho mayor. El cetro nejej estaba relacionado con el dios Osiris y con su culto. Este tenía la forma de un mayal o de un flagelo, y representaba el poder del faraón sobre sus súbditos, a quienes podía golpear con este.

Por último, el cetro Heka era uno de los símbolos más característicos del faraón. Este tenía la forma de una vara mediana con una media luna en su extremo, similar a un gancho. Este cetro, similar al bastón que usaban los pastores pero con un tamaño mucho menor, representaba al faraón como pastor de sus súbditos, como aquel que dirige sus destinos y el de su reino. Por lo general, el cetro heka siempre iba a acompañado del Neje, y así se puede ver en distintas representaciones jeroglíficas y escultóricas. Para portarlos, el faraón usualmente cruzaba sus brazos sobre su pecho con el uno en una mano y con el otro en la otra. Además, se asociaba al cetro heka con Osiris y, por ende, con los poderes mágicos.

Además de los cetros anteriores, algunos faraones también llegaron a utilizar el cetro uas, también conocido como cetro was, era el bastón ceremonial que utilizaban los faraones del antiguo Egipto. Este bastón consistía en una vara recta que llevaba en su punta superior la cabeza de un animal fantástico y en la punta inferior un motivo ahorquillado. Al igual que otros bastones de mando y cetros, esta vara representaba el poder y la fuerza que tenía el gobernante sobre el mundo terrenal, y la proximidad y la iluminación que tenía con respecto al mundo espiritual, al mundo de los dioses y los muertos. El cetro de uas era, además de una extensión del propio faraón, el emblema de Neit, también conocida como Neith, la diosa del destino, la caza, el cosmos, la guerra, el agua, el parte, los ríos las madres. Por todos estos atributos, usualmente era relacionada con Atenea, la diosa griega del combate, la guerra, la civilización y la sabiduría.

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Egipcios

Pabellón del jubileo

Heb Sed

Soutekh67 [CC BY-SA 4.0], via Wikimedia Commons

Simbolismo del pabellón del jubileo

El pabellón del jubileo era el nombre de un jeroglífico egipcio que representaba la Fiesta Sed, también conocida como Heb Sed o Fiesta de renovación real. Dicha fiesta era la celebración más importante del antiguo Egipto, y tenía por motivo la renovación de la fuerza física y espiritual del faraón. Registros sobre esta celebración se pueden encontrar en varios registros arquitectónicos, como la Piedra de Palermo. De tal forma que esta fiesta tuvo lugar desde la primera dinastía hasta el periodo Ptolemaico, cuando su nombre se tradujo al griego como Fiesta de los treinta años. Ello se debía a que varios faraones, como Amenhotep III o Ramsés II, realizaron esta celebración cuando cumplieron treinta años de gobierno y, después, la repitieron cada tres años.

A pesar de que lo usual era que la fiesta tuviera lugar tras los treinta años de gobierno del faraón, como en los casos ya mencionados, se sabe que hubo varias excepciones a esta regla

. Se sabe que el Heb Sed tenía lugar en el primer día del mes Tybi, durante la estación de Peret (primer mes del invierno), y se alargaba durante diez días consecutivos. Lastimosamente, poco se sabe sobre los rituales y demás actividades que se llevaban a cabo durante este festival, pues su único registro proviene de jeroglíficos y pinturas murales. Estos refieren una serie de escenas que corresponderían a determinados momentos de la fiesta, aunque se desconocen si había un orden para los mismos y, de haberlo, cuál era.

Pese a todo lo anterior, el orden que dictan las escenas encontradas en el Templo Solar de Abu Gurab, que narrarían la fiesta del faraón Nyuserra-Iny, son:

  1. Inicio de las festividades.
  2. El faraón revisa las edificaciones que se están construyendo y el ganado que se tiene.
  3. Se realiza una procesión en la que el faraón va vestido para la ocasión y en la que es acompañado junto a sus hijos.
  4. Se realiza la fiesta en el edificio principal, para lo cual se llevan figuras con forma de león.
  5. Personas de todo el reino se dirigen hasta el lugar donde está el faraón.
  6. Los egipcios se inclinan ante su faraón.
  7. Se realiza la procesión de Min, dios de la vegetación y la fertilidad.
  8. El faraón se llena el cuerpo con un ungüento y se pone la vestimenta adecuada para la carrera ritual, que parece ser el evento más importante de todo el festival.
  9. Se vuelve a hacer un censo del ganado.
  10. El faraón se sienta en la silla gestatoria.
  11. El faraón es llevado sobre la silla para una nueva procesión.
  12. El faraón construye un dyed (un pilar), el cual representa la estabilidad del reino. Tras esto, dispara una flecha a cada uno de los puntos cardinales para espantar a los enemigos.
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