Colombia
Florentino y el diablo

J.J.P. Santiago [CC BY-SA 4.0], via Wikimedia Commons
Leyenda de Florentino y el diablo
Está narración es muy común en Villavicencio y algunas zonas de Venezuela. Este relato recrea la disputa eterna entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte, utilizando íconos del llano colombovenezolano, exalta la cultura llanera por encima de los embates y atropellos de poderosos intereses.
Florentino, era el mejor coplero y jinete. Una noche iba cabalgando a una fiesta y notó que un hombre vestido de negro lo seguía, al llegar a la fiesta el hombre retó a Florentino a un contrapunteo. Comenzado el contrapunteo, se dio cuenta que ese hombre era el mismo diablo y que si era derrotado tenía que dar su alma. Las horas pasaban y ninguno de los dos perdía, Florentino estaba realmente agotado, pero al salir el sol logró vencerlo ya que en su último verso mencionó a las Tres divinas.
Poema
Este suceso que quedó en la memoria oral de todos los pobladores y testigos dio pie para que Alberto Arvelo Torrealba creara un poema; uno de los más importantes poemas de la cultura venezolana. Fue escrita por en 1940 y publicado diez años después. Florentino y el diablo cuenta con más de 35 versiones populares. Ha sido representado en obras teatrales y sus versos se cantan en diferentes versiones musicales.
Colombia
Princesa Zulia

Leyenda de Princesa Zulia
Está leyenda proviene de la zona fronteriza con Venezuela. La princesa Zulia era la hija del cacique Cinera, jefe de las tribus en las riberas de Zulasquilla.
En el año 1532, llegaron los exploradores Ambrosio Alfinger y Martín García para someter a los pueblos indígenas. Como respuesta, tribus indígenas de la zona se aliaron para combatir esa terrible amenaza y la princesa Zulia estaba al frente de la insurrección. Tuvieron éxito, pero más adelante en el año 1547, Diego de Montes atacó a los cineras y los derrota fácilmente. Pedro Alonso fue enviado a fundar Salazar de Las Palmas y proteger las minas de oro y en su camino se topa con los caídos indígenas cineras. En un intento de valentía el cacique ataca a los hombres blancos, pero muere inútilmente y todo su ejército es capturado y los enemigos se apoderan de las tierras y sus riquezas.
Zulia asistió a tan desolador evento, vio una gran cantidad de hombres indígenas caídos en combate y prometió vengarse. Zulia regresa con las tribus indígenas entre ellos los Guares y los Cúcuta. Zulia reunió una cantidad de 2000 hombres. Uno de los jefes que atendió el llamado de la princesa fue Guaymaral, hijo adoptivo del cacique Cúcuta. Planearon un ataque por norte y sur. El grupo del sur estaba al mando de Zulia y el del norte al mando de Guaymaral. La guerra y la tensión no fue impedimento para que ambos construyeran un épico amor.
Diego de Montes no pensaba que una venganza estaba a punto de llegar. Murió en manos de los indígenas, y luego aprovecharon para acabar con el asentamiento. Guaymaral se hizo cargo del cuidado y explotación de las tierras. Este lugar fue renombrado campamento de Zulia. Luego, las tribus deciden abandonar el campamento para ir a Pamplona. Pero, en el camino fue interceptada por los conquistadores Pedro de Ursúa y Ortún Velázquez de Velasco. La princesa decide pelear antes de ser esclava y muere valerosamente. En su honor, Guaymaral, bautizó muchos ríos, pueblos y regiones.
Colombia
Luis Antonio Chivas

Johana Bohorquez [CC BY-SA 3.0], via Wikimedia Commons
Leyenda de Luis Antonio Chivas
Personaje histórico del patrimonio cultural bogotano. Fue conocido popularmente como el Loco Chivas. Natural de Quibdó, Chocó, Colombia. Llegó a la capital en la década de los cuarenta con la ayuda de sus padres para estudiar derecho en la Universidad Libre, vivía en una habitación en el centro de Bogotá y solo contaba con 4 vestidos de paño para asistir a sus clases. Mientras estuvo en Bogotá atravesando una grave situación, llegó la trágica noticia de la muerte de sus padres y luego que su prometida se había escapado con un chófer de piel blanca a quien apodaban “as de oros”.
Se retiró de la universidad, empeño sus vestidos y libros y desde ese momento, empezó a deambular por las calles del centro de Bogotá y a vivir de la limosna que todos los días las personas que transitaban por la plaza de bolívar le dejaban en un vaso puesto a sus pies, usualmente en el suelo nombraba a “as de oros”. Con el paso del tiempo su piel se empezó a quemar por el sol, su globo ocular se le tornó de color rojo y sus pupilas se empezaron a hinchar; solo le quedaba un pantalón, unos zapatos viejos, una gorra visera y una gabardina, regalada por el político de turno Diego Luis Córdoba.
Luego, construyó una amistad con una mujer en su misma situación conocida como “la loca margarita” y con quien se encontraba todos los días en horas de la tarde, hasta la muerte de margarita, en la misma esquina de la Biblioteca Luis Ángel Arango; visitaban los cafés y bares del sector para discutir de política con varias personas que se acercaban a ellos.
Homeajes
El periodista bogotano, Manuel González Guzmán ha llevado a cabo un proyecto de investigación desde el 2007 llamado «Locotá – Años 40» que enmarca “locos itinerantes”. En el 2015 fue homenajeado en un espacio llamado «Café de los Locos», ubicado en el edificio del antiguo Hotel Continental.