Símbolos
Símbolos religiosos
Símbolos religiosos
Algunas de las diferentes religiones del mundo poseen unos símbolos característicos capaces de enunciarlas sin que se diga su nombre. Es decir, con tan solo ver dicho símbolo, se puede intuir fácilmente a qué religión se está aludiendo. Algunos de estos símbolos son:
Cruz: este es el símbolo por excelencia del cristianismo. Representa la cruz en la que fue clavado Jesucristo para expiar los pecados de la humanidad. Por esta razón, los crucifijos suelen estar hechos de madera, el material de la cruz original. No obstante, no se tiene registro del uso de la cruz durante los primeros siglos después de la muerte de Cristo. Por el contrario, se usaba el ictus (imagen de un pez) para simbolizar la cristiandad. Ya para el siglo III, el emperador Constantino I adoptó el crismón y luego se popularizó el uso de la cruz.
Estrella de David: La estrella de David es el principal símbolo del judaísmo y del Estado de Israel. Este era conocido en un comienzo como sello de Salomón, pues en la Biblia se refiere que fue este quien lo utilizó en un anillo para recordar las batallas que había librado su padre, David, uno de los primeros gobernantes legítimos de Israel, conocido por haber sido puesto en el trono por Dios, por haber derrotado al gigante Goliat y por haber expandido la religión de dios y el territorio israelita. De esta forma, la estrella está formada por dos triángulos superpuestos: uno que apunta hacia arriba, simbolizando a Dios; y otro que apunta hacia abajo, que simboliza lo terrenal. Por esta razón, también se le relaciona con el Pacto realizado entre Dios y Abraham, padre de los judíos.
Creciente y estrella: este símbolo, que muestra una luna creciente junto a una estrella de cinco puntas, es característico del islam. La estrella en realidad representa al planeta Venus, que anteriormente era descrito como la mayor de las estrellas. El origen del símbolo se remonta a la cultura sumeria, donde se utilizaban tres símbolos para hablar de los principales dioses: la luna, Sin; la estrella de cinco puntas, Ishtar; y el Sol, Shamash. Más tarde, los símbolos de la luna y de la estrella fueron fusionados en uno solo. Este alcanzó su mayor popularidad cuando el Imperio Otomano lo adoptó como parte de su bandera y de su escudo. Así, pasó a ser el símbolo de su religión, el islam, y de las muchas repúblicas que se separaron del Imperio.
Taijitu: símbolo utilizado por el taoísmo para representar las fuerzas fundamentales, opuestas y complementarias que gobiernan el universo: el yin y el yang. Así, según la antigua filosofía china, todas y cada una de las cosas del mundo necesitan de un opuesto complementario para poder existir. Y este se encuentra no solamente en el exterior, sino también dentro de sí. De tal manera que no existe lo puro y estático, sino que todo se encuentra en constante transformación. El yin y el yang entonces se representan como las dos mitades, blanca y negra, de un círculo perfecto; pero en cada parte de color ha y dentro un círculo del otro color, que representa, como se ha dicho antes, que lo opuesto se encuentra también dentro de todas las cosas. La parte negra, el yin, simboliza lo pasivo, lo oscuro, lo frío, lo nocturno y lo femenino; mientras que la parte blanca, el yang, simboliza lo activo, lo luminoso, lo cálido, lo diurno y lo masculino.
Om: es el símbolo del hinduismo, y representa el mantra más sagrado de este culto, así como la divinidad absoluta Brahman, que se encuentra en todas y cada una de las cosas. Este mantra se utiliza en diferentes ritos y ceremonias, como las bodas, la meditación, el yoga y la recitación de textos sagrados. De hecho, aparece tanto al final como al principio de los capítulos de los Vedas, los Upanishads y otros textos del hinduismo.
Rueda del dharma: es el símbolo característico del budismo. Este puede rastrearse hasta el gobierno del rey Ashoka, entre el 304 a. C. y el 232 a. C. El símbolo muestra un círculo que representa el chakra y lo perfecto de la enseñanza del dharma. El centro representa la disciplina y resulta útil para la meditación. El círculo que sostiene los radios que salen del centro representan la consciencia que los budistas tienen sobre todas las cosas. Este símbolo puede encontrarse en el centro de la bandera de la India.
Símbolos
Sigilo
Simbolismo del sigilo mágico
El sigilo es un símbolo usado dentro de la magia y el esoterismo. El término sigilo proviene del vocablo latino sigillum, que se puede traducir como “sello”. Por esto también se conocen estos símbolos como sellos mágicos. Anteriormente, estos se utilizaban para convocar ángeles, demonios u otros personajes bíblicos y fantásticos; mientras que en la actualidad se utilizan como amuletos, como firmas para realizar pactos o como formas para realizar peticiones. Los sellos por lo general son cuadrados y contienen distintos motivos dentro o alrededor, aunque también los hay cuadrados y en forma de estrella o de inscripciones.
De esta manera, dentro de la magia ceremonial de la Edad Media, los sellos mágicos se usaban para invocar ángeles o demonios. Esta tarea sólo podía ser realizada por un mago. Para poder llevar a cabo la invocación con total éxito, estos debían leer grimorios, que era como se conocían a los libros que tenían toda la información relacionada con aquella magia. El ejemplo más conocido de este tipo de libros es La Llave Menor de Salomón
Según se creía, una vez que estas entidades eran invocadas por el mago, este tenía absoluto control sobre ellas. Uno de los métodos más utilizados para elaborar sigilos era a través de cuadrados mágicos (conocidos también como kameas). Estos disponían de unos números encerrados varias celdas, las cuales estaban organizadas en filas y columnas. Ello se debía a que cada número representaba un ser específico y significado simbólico. Así, se escribían números que dieron igual producto al sumarlos en filas, columnas y diagonales. También se unían determinados números con líneas rectas o curvas para crear figuras abstractas y mágicas.
Si bien el concepto de sigilo mágico es propio de la magia occidental, cuyos primeros registros se pueden encontrar en la Orden del Amanecer Dorado, quienes creaban sellos combinando colores, palabras, imágenes y figuras; el uso de símbolos y sellos mágicos se puede encontrar desde los primeros momentos de la humanidad, en la era neolítica. Así, pueden encontrarse ejemplos de esta tradición en los yantras del hinduismo, las runas mágicas de los nórdicos y los veves de los pueblos subsaharianos.
Pese a la antigüedad del empleo de los sigilos y símbolos mágicos, la popularidad de estos en la modernidad se debe al ocultista y artista inglés Austin Osman Spare, quien en medio del auge del Art Nouveau desarrolló una pintura cargada de simbolismos y significados ocultos. Además creó un método para crear sigilos mágicos a partir de la escritura y la pintura automática, técnicas aprehendida del surrealismo. Desde entonces, los sellos mágicos se extendieron por diferentes cultos y filosofías esotéricas del New Age, como la Magia del caos.
Egipcios
Cetro nejej
Simbolismo del cetro nejej
Los gobernantes del antiguo Egipto recibían el título de faraón, el cual fue obtenido por primera vez por Narmer (Menes), responsable de la unificación del Bajo y el Alto Egipto. El término faraón, proveniente del egipcio per aa (pr ˤ3), quiere decir “casa grande”, en referencia al Egipto unificado (conocido como Imperio Nuevo). Para simbolizar la autoridad que poseía sobre el todo el territorio egipcio, el faraón llevaba una serie de prendas y de símbolos que lo mostraban como descendiente de Narmer. Así, estos eran las coronas, el nemes, el ureo, el trono, la cola de león o toro, la barba postiza y los cetros.
El faraón podía llevar distintos cetros dependiendo del contexto específico en el que se encontraba. De esta manera, podía llevar u otro si estaba comandando una batalla, si estaba en su palacio o si estaba en una ceremonia espiritual. Cada uno de estos tenía un significado distinto. Así, el cetro sejem era utilizado por los faraones y los nobles para simbolizar el poder y la autoridad. Este tenía una forma similar a la de una pequeña espátula, pero con un grosor mucho mayor. El cetro nejej estaba relacionado con el dios Osiris y con su culto. Este tenía la forma de un mayal o de un flagelo, y representaba el poder del faraón sobre sus súbditos, a quienes podía golpear con este.
Por último, el cetro Heka era uno de los símbolos más característicos del faraón. Este tenía la forma de una vara mediana con una media luna en su extremo, similar a un gancho. Este cetro, similar al bastón que usaban los pastores pero con un tamaño mucho menor, representaba al faraón como pastor de sus súbditos, como aquel que dirige sus destinos y el de su reino. Por lo general, el cetro heka siempre iba a acompañado del Neje, y así se puede ver en distintas representaciones jeroglíficas y escultóricas. Para portarlos, el faraón usualmente cruzaba sus brazos sobre su pecho con el uno en una mano y con el otro en la otra. Además, se asociaba al cetro heka con Osiris y, por ende, con los poderes mágicos.
Además de los cetros anteriores, algunos faraones también llegaron a utilizar el cetro uas, también conocido como cetro was, era el bastón ceremonial que utilizaban los faraones del antiguo Egipto. Este bastón consistía en una vara recta que llevaba en su punta superior la cabeza de un animal fantástico y en la punta inferior un motivo ahorquillado. Al igual que otros bastones de mando y cetros, esta vara representaba el poder y la fuerza que tenía el gobernante sobre el mundo terrenal, y la proximidad y la iluminación que tenía con respecto al mundo espiritual, al mundo de los dioses y los muertos. El cetro de uas era, además de una extensión del propio faraón, el emblema de Neit, también conocida como Neith, la diosa del destino, la caza, el cosmos, la guerra, el agua, el parte, los ríos las madres. Por todos estos atributos, usualmente era relacionada con Atenea, la diosa griega del combate, la guerra, la civilización y la sabiduría.
Egipcios
Pabellón del jubileo
Simbolismo del pabellón del jubileo
El pabellón del jubileo era el nombre de un jeroglífico egipcio que representaba la Fiesta Sed, también conocida como Heb Sed o Fiesta de renovación real. Dicha fiesta era la celebración más importante del antiguo Egipto, y tenía por motivo la renovación de la fuerza física y espiritual del faraón. Registros sobre esta celebración se pueden encontrar en varios registros arquitectónicos, como la Piedra de Palermo. De tal forma que esta fiesta tuvo lugar desde la primera dinastía hasta el periodo Ptolemaico, cuando su nombre se tradujo al griego como Fiesta de los treinta años. Ello se debía a que varios faraones, como Amenhotep III o Ramsés II, realizaron esta celebración cuando cumplieron treinta años de gobierno y, después, la repitieron cada tres años.
A pesar de que lo usual era que la fiesta tuviera lugar tras los treinta años de gobierno del faraón, como en los casos ya mencionados, se sabe que hubo varias excepciones a esta regla
Pese a todo lo anterior, el orden que dictan las escenas encontradas en el Templo Solar de Abu Gurab, que narrarían la fiesta del faraón Nyuserra-Iny, son:
- Inicio de las festividades.
- El faraón revisa las edificaciones que se están construyendo y el ganado que se tiene.
- Se realiza una procesión en la que el faraón va vestido para la ocasión y en la que es acompañado junto a sus hijos.
- Se realiza la fiesta en el edificio principal, para lo cual se llevan figuras con forma de león.
- Personas de todo el reino se dirigen hasta el lugar donde está el faraón.
- Los egipcios se inclinan ante su faraón.
- Se realiza la procesión de Min, dios de la vegetación y la fertilidad.
- El faraón se llena el cuerpo con un ungüento y se pone la vestimenta adecuada para la carrera ritual, que parece ser el evento más importante de todo el festival.
- Se vuelve a hacer un censo del ganado.
- El faraón se sienta en la silla gestatoria.
- El faraón es llevado sobre la silla para una nueva procesión.
- El faraón construye un dyed (un pilar), el cual representa la estabilidad del reino. Tras esto, dispara una flecha a cada uno de los puntos cardinales para espantar a los enemigos.