Medievales
Corona votiva
¿Qué es una corona votiva?
Una corona votiva es una corona que se ofrece a alguien, una deidad o un templo con motivos religiosos, sin ninguna intención de que sea usada o recuperada como tesoro por alguien. Este tipo de ofrendas votivas eran comunes en la Edad Media, y estaba diseñadas cuidadosamente para que fueran suspendidas. Es por esta razón por la cual estas coronas tienen adornos que les cuelgan, pues están pensadas para estar flotando. Estas se colgaban del techo con cadenas o lazos sobre un altar o una imagen del ofrendado. Algunas eran descolgadas después y eran puestas sobre estatuas o era donadas u obsequiadas. El ejemplo más representativo de este tipo de coronas es la corona votiva del Recesvinto, rey de los visigodos que reinó entre el 653 y el 672.
El empleo de coronas votivas se puede rastrear desde el mundo antiguo. Los registros de esta tradición aluden a las coronas votivas como una costumbre pagana, pues las referencias literarias que se tienen son principalmente cristianas
En la antigüedad, las coronas votivas eran colocadas también por las personas del común a las figuras de los dioses o a los dioses que aún seguía vivos con el fin de que les otorgaran un favor. La tradición de las coronas votivas luego fue heredada por los reinos cristianos del Medioevo a partir de la tradición bizantina y romana
Pese a la concentración de estos objetos que hay en España, su uso estaba extendido por toda Europa, pero eran tesoros vulnerables al saqueo. Por esta razón, la mayoría de las coronas votivas no existen en la actualidad y sólo se tiene conocimiento de su existencia gracias a los registros históricos. Estas coronas usualmente tenían inscripciones hechas en pedrería y no podían ser usadas como coronas porque eran muy pequeñas para la cabeza de una persona normal y porque tenían adornos colgantes que habrían ocultado la cara del usuario. En la modernidad, los países católicos siguieron produciendo coronas votivas. Estas se guardaban dentro de los tesoros de las iglesias y eran exhibidas en días festivos o ceremonias importantes, cuando se les ponían a las estatuas católicas, como imágenes de Cristo o de la Virgen María. Estas coronas también eran y son puestas en las cabezas de algunos santos o mártires.