Lucifer

Lucifer, también conocido como Luzbel, Satanás o El Diablo, es en la tradición cristiana, el primer ángel caído, enemigo de Dios y tentador primero. Su nombre proviene del latín Lux fero, que significa portador de luz y en la antigüedad griega su nombre era usado para referirse a los luceros. Posteriormente fue adoptado por la tradición cristiana, representando al ángel que, dotado de gran belleza e inteligencia, terminó rebelándose contra Dios. Su soberbia ocasionó uno de los mayores dramas cósmicos jamás ocurrido, siendo desterrado junto a la tercera parte de la corte celestial. Tras su caída adoptó el nombre de Satán, se convirtió en el enemigo a combatir y la encarnación del mal sobre la tierra.

Luzbel, el ángel caído más bello

«Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad» (Ezequiel 28:15)

Según cuenta la tradición cristiana, Lucifer fue el ángel más bello creado por Dios. Estuvo dotado de gran belleza e inteligencia, tanto así que Dios lo tenía para organizar y dirigir su corte celestial. Era el favorito del Creador, pero esto no fue suficiente. Sintiéndose superior y seducido por su orgullo y vanidad, Lucifer se rebeló contra Dios arrastrando consigo a gran parte de la corte celestial

El ángel más bello se convirtió entonces en el causante de uno de los más grandes dramas cósmicos jamás ocurridos y cuyas consecuencias ultimas fueron la existencia del dolor, la maldad y la muerte en la tierra. Por su soberbia, Lucifer fue desterrado de los cielos junto a la tercera parte de la corte celestial. Desde entonces, fue conocido como Satán, que literalmente significa opositor o adversario.

«¡Cómo has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora!» (Is 14.12)

Incitador del mal y enemigo de Dios, pese a su destierro Lucifer aun podía ingresar a los cielos, según lo confirma Job:

«Y el SEÑOR dijo a Satanás: ¿De dónde vienes?

Entonces Satanás respondió al SEÑOR, y dijo: De recorrer la tierra y de andar por ella» (Job 1:7; 2:2).

Arrojado por el Arcángel Miguel

Arcángel Miguel derrota a Satanás. Crédito: Raphael, Public domain, via Wikimedia Commons

Fue en tiempos de Jesús

«Estalló entonces una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles pelearon, pero no prevalecieron, ni fue hallado más el lugar de ellos en el cielo.  Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo. Fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados junto con él»  (Apocalipsis 12:7-9)

La imagen que mejor describe su caída es la del Arcángel Miguel con el Diablo y los otros ángeles caídos a sus pies.

Confinado en la tierra, Lucifer, Satanás o el Diablo, se convirtió en el enemigo eterno, el tentador del hombre, el Padre de la mentira, el Maligno, el Seductor del mundo entero y Príncipe de los demonios; comenzando así la batalla eterna entre el bien y el mal.

Lucifer en la pantalla

Son muchos los actores que han encarnado al Príncipe de la mentira; de entre estos sobresalen: Clay Tanner (Rosemary’s Baby), Robert De Niro (Angel Heart), Al Pacino (The Devil’s Advocate), Gabriel Byrne (End of Days),Viggo Mortensen (The Prophecy), Peter Stomare (Constantine), y Tom Ellis (Lucifer).

Jesús

Jesús de Nazaret, Jesucristo, Cristo, o simplemente Jesús, es la figura central de todas las religiones denominadas cristianas. Era el hijo de Dios y la segunda persona de la trinidad, aunque existen diferentes interpretaciones sobre su persona. Para los cristianos, Jesús fue el protagonista del acto único e intransferible, en el cual el hombre se alzaba a su naturaleza humana para alcanzar la salvación. Dicho acto, privativo de la divinidad, se consumó con su resurrección, días después de la crucifixión

Biografía de Jesús

Concebido milagrosamente, como lo había anunciado un ángel, Jesús nació en Belén en tiempos de Herodes. Su madre la virgen María y su padre adoptivo el carpintero José, habían encontrado refugio en un pequeño establo, donde finalmente vio a luz. Luego de su nacimiento, la pareja se trasladó por un tiempo a Egipto para huir de la persecución de Herodes. Tras la muerte de este, regresaron a Nazaret, donde Jesús creció humildemente mientras su padre trabajaba como carpintero.

Jesús, el predicador

Su vida pública comenzó hacia los treinta años, cuando se unió a las predicaciones de su primo Juan el Bautista.

Luego de su bautismo y un retiro de cuarenta días en el desierto, Jesús comenzó a predicar. Se dirigió principalmente a los pobres y los sectores populares, y con el tiempo recluto de entre su grupo de seguidores a los doce discípulos. Con estos recorrió Palestina dando sus enseñanzas y haciendo milagros. En cada lugar que visitaba, predicaba sobre una nueva religión basada en el amor al prójimo, el perdón y la esperanza de vida eterna. Hablo también sobre el desprendimiento de los bienes materiales y criticó abiertamente la corrupción de los templos y los valores enseñados entonces.

El sermón que mejor resume su mensaje, es el Sermón de la Montaña.

En la mira de las autoridades

Acrecentada su popularidad, sus enseñanzas y milagros pronto lo pusieron en la mira de las autoridades. Fue denunciando entonces ante el gobernador romano, Poncio Pilato, por autoproclamarse Mesías y rey de los judíos.  Consciente de que se acercaba su final, se dirigió a Jerusalén, donde llevo a cabo la última cena junto a sus discípulos

Jesús en la Cruz. Crédito: Diego Velázquez, Public domain, via Wikimedia Commons

Pasión, muerte y resurrección

Comenzaba entonces la Pasión de Cristo, la cual lo llevaría a sufrir múltiples penalidades y a morir en la cruz. Torturado por Poncio Pilatos, quien decidió dejar su destino en manos de los señores del templo, Jesús fue condenado a la muerte por crucifixión. Mientras cargaba la cruz, camino a su muerte Jesús dio el llamado sermón de las 7 palabras. Y aunque, podía haberse salvado con la ayuda del pueblo, este prefirió rescatar al homicida Barrabas, sobre el inocente predicador.

Según los evangelios, Jesús resucito al tercer día de entre los muertos, con lo que se alzaba sobre su naturaleza humana y alcanzaba la salvación. Al morir en la cruz y resucitar, Jesús cumplía entonces con su misión en la tierra: eliminar los pecados de los humanos y salvarlos de la muerte eterna.

Algunos sus milagros más conocidos son

• Convertir el agua en vino (Juan 2:1-12)
• Multiplicación de los panes y peces (Mateo 14: 13-21)
• Camina sobre las aguas (Mateo 14:22-33
• La resurrección de Lázaro (Juan 11: 38-44)
• Sanó a un leproso (Mateo 8: 1-4)
• Curación del paralítico (Marcos 2, 1-12)
• Resurrección de Jesús (Mt 28,1-10; Mc 16,1-8; Jn 20,1-10)

El Ojo que todo lo ve

El Ojo que todo lo ve, también conocido como el Ojo de la providencia, el Delta luminoso o el Ojo panóptico, es un símbolo utilizado por distintos grupos religiosos para representar la omnipresencia y la omnisciencia de Dios. De esta forma, el ojo simboliza que ninguna acción pasa desapercibida al entendimiento divino. Dado que se representa gráficamente como un ojo, se le relaciona con el ojo de Horus, utilizado en el antiguo Egipto; pero la diferencia es que el Ojo que todo lo ve desprende haces de luz y está encerrado en un triángulo cuyo pico apunta hacia arriba. Este símbolo puede encontrarse en el billete de un dólar de los Estados Unidos.

El triángulo ha sido utilizado en la religión cristiana como un símbolo de la Divina Trinidad desde el siglo VIII o IX. Es por esta razón que a Dios usualmente se le representaba como un anciano con un triángulo luminoso sobre o detrás de su cabeza. Este símbolo fue ampliamente utilizado por los artistas de Grecia e Italia durante el Renacimiento. De hecho, es durante este periodo en el que se introduce el ojo en el triángulo para representar la omnisciencia. Esto estaba argumentado en el siguiente pasaje del Nuevo Testamento: «Pues los ojos del Señor miran a los justos…» (Pedro 3: 12).

El símbolo luego fue apropiado por los masones con el nombre de “Delta luminoso”, debido al parentesco con la letra griega delta, que tenía forma de triángulo. Aun así, los utilizaron con el mismo significado, aunque agregándole el de Dios como el Gran Arquitecto del Universo (G.·. A.·. D.·. U.·.). Por esta razón, en algunos casos el triángulo es formado por una escuadra y un compás, para hablar de Dios como la primera causa, como el primer motor. En las logias masónicas, la ubicación de este símbolo varía de acuerdo al rito que se esté realizando, pudiendo estar en distintas partes de las paredes. Últimamente, debido a la fama que alcanzó la masonería, el Ojo que todo lo ve es relacionado directamente con esta organización.