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Monumentos

Altar de Pérgamo

Qué es el Altar de Pérgamo

Lestat (Jan Mehlich) [CC BY-SA 3.0], via Wikimedia Commons

¿Qué es el Altar de Pérgamo?

El altar de Pérgamo es un monumento realizado en la época helenística, el cual funcionaba como la acrópolis de la ciudad de Pérgamo, ubicada en el noroeste de Asia Menor. Este monumento fue construido durante el reinado de Eumenes II, alrededor del año 188 a. C. En la actualidad, una reconstrucción de este altar se encuentra en el Museo de Pérgamo, en la Isla de los Museos en el centro de Berlín, Alemania. En la parte exterior de este altar, se encuentra una representación en relieve escultórica de la Gigantomaquia, la lucha entre los gigantes y los dioses. En su cara interior, se cuenta la historia del guerrero Télefo, fundador mítico de la ciudad de Pérgamo. Dada la gran capacidad técnica que ofrece la estructura arquitectónica y las esculturas, este altar es considerado como la culminación del barroco helenístico y como la obra maestra de la Antigua Grecia.

Si bien todavía no se sabe a qué dios estaba consagrado este altar, los expertos creen que hacía parte de un templo de Atenea o de Zeus. El altar consta de una estructura en forma de U cuadrada, la cual se eleva sobre un podio que contiene una escalera monumental en el centro, cerrada por cuerpos laterales. Esta estructura tiene dos niveles: uno inferior, donde está el relieve de la Gigantomaquia; y uno superior, que contiene un pasillo en forma de U cuadrada con un techo sostenido por columnas jónicas. Las dimensiones que tenían este altar en su origen son 69 metros de longitud, 9,70 metros de altura y 77 metros de ancho. La estructura que todavía se conserva tiene una profundidad de 34,30 metros, un ancho de 36,44 metros y una escalera con un ancho de 20 metros.

El Altar de Pérgamo fue descubierto en el mundo moderno por el arqueólogo y arquitecto alemán Carl Humann en 1871. Su reconstrucción y traslado hacia Berlín fue realizado en 1886, gracias a un acuerdo que realizaron el Imperio otomano (actual Turquía) y el Estado Alemán en 1879. Finalmente, en 1930 se inauguró este altar en el Museo de Pérgamo, y desde entonces ha estado abierto al público, salvo en septiembre de 2014, cuando se cerraron algunas salas —algunas hasta por cinco años— para que pudieran ser reformadas. Se cree que el Museo de Pérgamo estará de nuevo accesible por completo entre el 2025 y el 2026.

La ciudad de Pérgamo fue la capital de la dinastía atálida, y pronto se convirtió en una de las ciudades más importantes de la cultura helenística después de Alejandro Magno. Inspirados en la grandeza que poseían las ciudades en la época clásica, los distintos reinos helenos erigieron monumentos para mostrar su poderío y su capacidad arquitectónica. De esta manera, las urbes se organizaron en tres niveles: uno alto, donde reposaban los edificios cívicos y administrativos, como el arsenal, el ágora, la biblioteca, los templos de Atenea y Dionisio

, el teatro y el palacio; uno medio, donde se localizaban el gimnasio y los templos a Hera, Deméter; y uno bajo, donde estaba el núcleo comercial.

La ciudad de Pérgamo se desarrolló gracias a su estratégica ubicación, pues se encontraba rodeada de campos fértiles y útiles para la ganadería y la cosecha de vid y trigo. De esta manera, se comerciaron alimentos, pergaminos, animales, textiles y perfumes. Se decía que su biblioteca era tan grande como la de Alejandría, pues contenía entre sus anaqueles hasta 200.000 volúmenes. Probablemente, la construcción de este altar tuvo lugar en el siglo II a. C., pues este monumento tiene la inscripción ΒΑΣΙΛΙΣΣ (Α), que se puede traducir como “reina”. De tal forma que esta construcción estuvo dedicada a Apolónide, esposa del rey Atalo I. Por esta razón, algunos expertos creen que se este monumento fue realizado entre el año 168 o 166 a. C., cuando terminó la guerra con los gálatas. Otros señalan que su construcción tuvo lugar en el 188 a. C., cuando Eumenes II firmó la paz de Apamea.

Egipcios

Obelisco

Simbolismo del obelisco

Deensel [CC BY 2.0], via Wikimedia Commons

Simbolismo del obelisco

El obelisco, también conocido como óbelo, es un pilar cuadrado que se erige con forma piramidal, siendo la base más ancha y la cima más estrecha. Los primeros registros de la construcción de pilares que se conocen pertenecen al antiguo Egipto, quienes los denominaban como tekhenu. Cuando estos fueron descubiertos por los griegos, concretamente por el explorador Heródoto, los llamaron obeliskos (ὀβελίσκος), diminutivo del término obelos (ὀβελός), que se podría traducir como “clavo” o “pilar”. Los primeros obeliscos fueron monumentos monolíticos. Es decir, hecho a partir de una sola piedra. En la edad moderna y contemporánea, se realizan a partir de varias piezas.

Los obeliscos egipcios tenían un importante papel espiritual, por lo cual se erigían frente a la puerta de los templos. Usualmente, los obeliscos tenían inscripciones jeroglíficas. Los egiptólogos han descubierto que estos obeliscos se realizaban en honor a Ra, el dios solar. Anteriormente, algunas personas creían que los obeliscos eran rayos de Atón (el disco solar) que habían sido petrificados; mientras que otras pensaban que el dios vivía dentro de los obeliscos. Así, simbolizaba la relación entre la tierra y el cielo, la ascensión y la firmeza. Por esto último y por su forma vertical y alargada, se tiene por un símbolo fálico.

Ejemplo de estos primeros obeliscos se pueden encontrar en el obelisco de Luxor y en el obelisco del faraón Senusret I. Varios años después, los romanos se interesaron por estas construcciones y se sabe que trasladaron al menos ocho a sus ciudades, como el obelisco Flaminio. En la actualidad, más de la mitad de los obeliscos egipcios que han sobrevivido hasta nuestros días se encuentra fuera de Egipto, como por ejemplo en Nueva York (aguja de Cleopatra o de Tutmosis III), Estambul (obelisco de Teodosio), Roma (Obeliscos de Letrán, Faminio, Montecitorio, Piazza della Minerva, etc.), Londres (gemelo de la aguja de Cleopatra o de Tutmosis III) y París (obelisco de Lúxor, construido por orden de Ramsés II).

En la edad moderna y contemporánea se han construido otros obeliscos, principalmente de carácter conmemorativo, celebrando victorias y la obra y la vida de determinadas personas. De esta manera, se han erigido obeliscos alrededor del mundo desde el siglo XVIII. Ejemplo de estas construcciones modernas se pueden ver en las ciudades de Buckinghamshire, Tenerife, Buenos Aires, Washington, Montevideo, Charlestown, Roma, Málaga, Bogotá, La Plata, Maracaibo, Santiago, Cartagena, Santo Domingo, Ciudad de Guatemala, Barcelona, Caracas, Barquisimeto, Cardona, Cadiz, San Jacinto, Ibarra, Zaragoza, Valledaupar, Puerto López, Actopan y Yacuiba, entre otras.

¿Cuáles son los obeliscos más altos del mundo?

Los obeliscos más altos del mundo son:

  1. Monumento de San Jacinto, Texas, Estados Unidos, con una altura de 173,7 metros. Fue erigido en 1936.
  2. Monumento a Washington, Washington, Estados Unidos, con una altura de 169,4 metros. Fue erigido en 1888, cuando era la construcción más alta del mundo.
  3. Obelisco de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, con una altura de 67,5 metros. Fue erigido en 1936 y se encuentra sobre las avenidas 9 de julio y Corrientes.
  4. Obelisco de Actopan, Hidalgo, México, con una altura de 57 metros. Fue erigido en el 2008 para conmemorar el bicentenario de la Independencia de México.
  5. Obelisco de Maracaibo, Venezuela, con una altura de 49 metros. Fue erigido en 1945.
  6. Obelisco Marconi, Italia, con una altura de 45 metros. Fue erigido en 1960 para celebrar los Juegos Olímpicos de ese año.
  7. Obelisco de Altamira, Venezuela, con una altura de 44,25 metros. Fue erigido en 1945.
  8. Obelisco a los constituyentes, en la ciudad de Montevideo, Uruguay, con una altura de 40 metros. Fue erigido en 1938.
  9. Obelisco macho, en Santo Domingo, República Dominicana, con una altura de 38 metros. Fue erigido en 1937.
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Mayas

Las Ruinas Copán

Ruinas de Copán

Tomado de Instagram

Las Ruinas Copán (monumento maya)

Las ruinas de Copán se encuentran en la antigua ciudad de Copán cerca de la frontera guatemalteca en Honduras. La ciudad fue abandonada a principios del siglo IX d.C. Se considera una de las grandes joyas de la antigua civilización maya. Dada su relevancia es Monumento Nacional y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año de 1980.

Copán y sus pobladores experimentaron una cruenta batalla que provoco el descenso poblacional. Ahora bien, cuando llegaron los españoles encontraron muy poco habitantes. En las ruinas de Coán se destacan todavía la Acrópolis y el campo del juego de la pelota. En la primera estructura arqueólogos hallaron textos glíficos del Clásico Temprano y también información sobre los primeros gobernantes dinásticos de la ciudad.

Los primeros edificios datan de principios del siglo V, cuando se estableció la dinastía real. Estos fueron construidos en adobe y piedra sobre las estructuras antiguas de tierra y adoquines. El Rio Copán

generó un corte arqueológico de forma natural, considerado el más grande en el continente americano.

Entre las dos plazas más importantes de Copán, la de la Escalinata y la de los Monumentos se encuentra el campo del juego de la pelota, la que se puede ver actualmente es la tercera versión del campo, pues fue remodelado. Fue dedicado al dios del Gran Guacamayo. Los edificios que rodean al campo fueron decorados con esculturas de guacamayo. El Altar Q

es otro monumento construido en el año 776 d.C. y tiene tallados a los 16 primeros reyes de la ciudad.

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Monumentos

Stonehenge

¿Con qué propósito se construyó Stonehenge?

Diego Delso [CC BY-SA 4.0], via Wikimedia Commons

Stonehenge

Stonehenge es un monumento megalítico ubicado en el condado de Wiltshire, Inglaterra, a quince kilómetros de la ciudad de Salisbury. Esta impresionante construcción circular con piedras de varias toneladas fue realizada a comienzos de la Edad de Bronce. Según los estudios de carbono-14, la primera de las piedras fue erigida entre el 2200 a. C. y el 2400 a. C. No obstante, dentro de los límites de la circunferencia que crean las piedras, hay varios montículos circulares y un foso que fueron construidos hace unos 5100 años atrás. En 1986, Stonhenge fue proclamado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, junto a Averbury y otros monumentos cercanos.

El monumento consta de cuatro circunferencias concéntricas. La más exterior de ellas comprende siete piedras de arenisca que llevan encima otras horizontales, conocidas como dinteles. En un comienzo, el número de estas era mucho mayor, pero se ha visto reducido por la inclemencia del clima y del tiempo.

Dentro de esta circunferencia mayor, hay otro conjunto de piedras verticales que, juntas, forman la imagen de una herradura. Estas también son de arenisca del mismo color; y dentro contienen una losa micácea que se conoce como “el Altar”. Más allá de lo impresionante que resulta imaginar a individuos de aquella época erigiendo dichas piedras de varias toneladas de peso, resulta todavía más impresionante saber que las piedras fueron traídas del suroeste de Gales, desde las montañas de Preseli; mientras el Altar fue traído desde algún lugar cerca de la localidad de Milford Haven. Así, se cree que las piedras fueron transportadas por medio de algún tipo de bolas de madera o piedra.

Cerca de Stonehenge, el arqueólogo Mike Parker Pearson, de la Universidad de Sheffield, encontró un asentamiento con al menos mil casas. Según los estudios, se cree que estas no fueron habitadas permanentemente, sino que eran usadas en ciertos días del año.

A unos tres kilómetros de Stonehenge, se puede encontrar otro monumento que ocupa un terreno mucho mayor y que hoy se conoce como Woodhenge. Como se puede adivinar por su nombre, el lugar estaba lleno de monumentos hechos de madera que, lastimosamente, no sobrevivieron hasta nuestros días. Se sabe de su existencia gracias a los hoyos que dejaron en la tierra, en los cuales actualmente se pueden encontrar erigidos varios hitos de hormigón.

Las primeras excavaciones en Stonehenge se realizaron entre 1919 y 1926, en las cuales se encontraron las tumbas de 58 personas, entre hombres y mujeres. No obstante, no se pudieron estudiar apropiadamente los cuerpos porque estos habían sido incinerados antes. Sin embargo, pese a que no se pudieron realizar análisis de ADN, sí se puedieron realiza estudios a partir del estroncio depositado en los huesos. De esta forma, se supo en el 2018, gracias al químico Christophe Snoeck, que los individuos tenían una dieta a base de los vegetales que crecían al oeste de Gales (el lugar de donde provenían las piedras)

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Aunque todavía se desconoce cuál era el propósito de esta construcción, los estudiosos señalan tres posibles propósitos para la creación de Stonehenge: como un templo religioso, pues posee algunas de las características típicas de los templos; como un monumento funerario, pues se han encontrado 300 enterramientos que, dado que no es el número total de la población, pueden ser de personas especiales; o como un observatorio astronómico, pues en el solsticio de verano el Sol sale por el eje de la construcción.

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