Japonesa
Ama no Uzume
Mito de Ama no Uzume
Ama no Uzume. Diosa de la felicidad, la fertilidad y la danza, es considerada una de las deidades más importante del panteón de dioses japonés, puesto que, gracias a esta Amateratsu, Diosa del Sol salió de su cueva, recuperando con esta la luz y la paz en la tierra. También es reconocida como la creadora de la danza ceremonial japonesa, conocida como Kagura, la cual es llevada a cabo en los templos sintoístas como homenaje a los dioses.
Según la leyenda Amateratsu y su hermano el Dios de las tormentas, Susanoo, se enfrentaron en un duelo de creación, por medio del cual Susanoo buscaba extender su poder tomando la parte que su padre Izanagi, Dios de la creación le había dado a Amateratsu. El ganador de este enfrentamiento seria el Dios que creara más deidades menores; Amateratsu inició, tomó la espada de su hermano, la partió y masticó, creando con esto a tres deidades, seguido su hermano tomó su collar y lo convirtió en cinco deidades, consiguiendo así la victoria, sin embargo, su hermana rechazó su triunfo, mencionando que el collar le partencia, por lo cual los dioses eran de ella. Esta respuesta frustró al temperamental Dios de las tormentas, quien se enfrasco en una larga discusión con la Diosa sobre la procedencia de las deidades, sin obtener buenos resultados.
Desde ese momento Susanoo, llevó a cabo una serie de reprochables actos contra su hermana, primero destruyó sus campos y cubrió los canales de irrigación, seguido arrojó excremento en los templos y palacios de la Diosa y por ultimo decapitó su caballo celestial y lanzó la cabeza al palacio de la Diosa, justo en el salón donde se encontraban tejiendo las doncellas, provocando no solo el terror sino la muerte de la mayoría de estas. La venganza de Susanoo aterrorizó a Amateratsu, al punto en que esta decidió encerrarse en una cueva, sumiendo al mundo en la oscuridad
Las deidades colocaron un espejo y una tina enfrente de la cueva, seguido Ama No Uzume, deidad de la danza se subió en la tina y comenzó a bailar, entrando rápidamente en un trance que la llevó a despojarse de todo su vestuario, quedando así totalmente desnuda frente a los demás dioses, los cuales comenzaron a reírse y a bailar también; el espectáculo y el ruido intrigaron a Amateratsu, quien poco a poco comenzó a acercarse a la reunión de los dioses, poco tiempo después salió y la luz regresó a la tierra. Al salir la luz reflejada en el espejo la deslumbro por un instante, suceso que fue aprovechado por los dioses para cerrar la cueva y convencer a la Diosa de regresar a su lugar. Gracias a la danza y la alegría brindada por Ama No Uzume, Amateratsu volvió a iluminar la tierra, purificando cada espacio que había sido afectado por las entidades malvadas
China
Ave bermellón
El mito del Ave bermellón
Suzaku es una palabra japonesa que puede traducirse como “Ave roja” o “Ave bermellón”. El Suzaku era un ave legendaria de color rojo que representaba las mansiones lunares del sur, el conocimiento astronómico, la sabiduría, el verano, el sur, el fuego y el color rojo. Probablemente, esta criatura fue adoptada de la mitología china, en donde representaba uno de los cuatros monstruos o constelaciones. Además de Japón, esta criatura se puede ver en la cultura pinyin con el nombre de Zhū Què; en la vietnamita con el nombre de Chu Tước; y en la coreana con el nombre de Ju-jak.
Según señalan las descripciones hechas por los antiguos, este pájaro tenía una forma similar al faisán, aunque estaba recubierto con plumas de cinco colores y, en algunas ocasiones, se le presenta como cubierto de fuego
En la cultura china, el Suzaku era una de las cuatro criaturas fantásticas que, provenientes de las constelaciones, se utilizaban para señalar los puntos cardinales. De esta forma, Suzaku representaba el color rojo y el sur; el dragón representaba el color verde, el azul y el este; el guerrero (que tenía cola de serpiente y cabeza de tortuga) representaba el color negro y el norte; el tigre representaba el color blanco y oeste. Estos animales, como manifestación del todo, del espacio y del tiempo, se pintaban en las tumbas para proteger a los muertos de los espíritus malignos. Mientras tanto, en Japón se encuentran principalmente a Suzaku en lugares ceremoniales, como en el templo de Yakushiji y en el túmulo Takamatsuzuka, originario del periodo Asuka.
Las inscripciones y los registros más antiguos que se tienen de las cuatro criaturas espirituales datan del siglo II a. C. Cada una de estas representaba, además de un color y una dirección, un elemento, una virtud y una estación. Según se sabe, había una quinta dirección asociada a la misma China: el centro. Como se ha dicho antes, las criaturas tienen igual jerarquía en las representaciones chinas, lo que no ocurre en Japón, donde Suzaku se impone ante las demás. De hecho, en la mayoría de las ocasiones se le representa sola.
Japonesa
Muñeco Daruma
Simbolismo de los muñecos Daruma
El muñeco Daruma es una figura de Bodhidharma (Daruma), dios japonés que fundó la escuela budista Zen. Este muñeco tiene una forma parecida a un huevo, pues el dios no tiene piernas ni brazos. Esto se debe a que, según cuenta la leyenda, el maestro Daruma perdió sus extremidades luego de pasar mucho tiempo meditando en una cueva sin darles ningún uso. Por esta razón, en el país nipón estos muñecos representan la paciencia y la tenacidad. Se cree entonces que, si se hacen a mano, van a permitir que consigamos nuestros sueños. Dado que estos muñecos son muy populares entre los nacionales y entre los turistas, su uso e historia se han extendido ampliamente por el mundo.
De lo anterior, se puede ver a estos muñecos como un amuleto para la motivación personal. Si bien sus efectos mágicos pueden ser puestos en duda, ver esta figura sobre la mesa o un estante diariamente recordará al propietario la meta que se había propuesto
Uno de los casos en los que regalar un muñeco Daruma sería ideal, es cuando la otra persona está tratando de dejar un vicio, como puede ser el cigarrillo, el alcohol o los juegos de azar. Todos estos propósitos necesitan de la dedicación y la fuerza de voluntad de la persona, por lo cual sería ideal verse representado a sí mismo en el maestro Daruma. Otro caso en el que puede regalarse, es cuando la otra persona está ahorrando con algún propósito en mente o cuando está buscando un trabajo. En este último, se sabe que tener varias entrevistas y no ser llamado puede ser frustrante, por lo cual el Daruma puede otorgarle la motivación para seguir intentándolo.
Según la tradición, una vez se ha recibido, comprado o elaborado el Daruma, se le pintará únicamente un ojo cuando se sepa a ciencia cierta cuál es el propósito a cumplir. Cuando este se cumple, se pinta el otro ojo como una muestra de agradecimiento y de realización. Por esta razón, los Daruma para regalo vienen con los ojos en blanco. Tal y como dice el proverbio japonés, si te caes siete veces, tienes que levantarte ocho.
Japonesa
Uke Mochi
Mito de Uke Mochi
Uke Mochi (保食), Diosa de la flora y la fauna, es una de las deidades más importantes del panteón sintoísta, también conocida como Ukemochi-no-kami. Uke Mochi descendió del cielo en el momento de la creación, abrió su boca y con un gran suspiro dio vida a los animales que poblaron el océano y la tierra, primero se acercó al mar y de su boca salieron los peces y animales marinos, posteriormente se acercó al bosque y ahí dio vida a los diversos animales que moran en este lugar. Poco tiempo después se dirigió a un arrozal, donde brotaron grandes cantidades de arroz. Esta historia ha sido recopilada en el Kojiki, primer escrito japonés en el que están escritas la mayoría de las historias sobre las deidades y la historia de Japón.
Esta amable y poderosa Diosa vivía en el Takama ga hara, lugar en el que moran las deidades shinto; un día fue visitada por el Dios de la Luna, Tsukuyomi, en representación de su hermana Amaterasu, encantada por la visita ofreció al Dios un gran banquete creado de su boca y nariz, este fue servido en alrededor de cien mesas, sin embargo, a Tsukuyomi le disgustó la procedencia de la comida, motivo por el que ofendido dio muerte a la Diosa, atravesándola con su espada.