Leyenda
Vera Cruz
La leyenda de la Vera Cruz
La Vera Cruz, también conocida como Santa Cruz o la Verdadera Cruz, es la cruz de madera en la que fue crucificado Jesús de Nazaret. Esta es considerada por la Iglesia Católica y por la Iglesia Ortodoxa como una de las reliquias más importantes, pues sirve de testimonio de la existencia y de la pasión de Cristo. Según narra la Biblia, Jesús fue crucificado en el Gólgota (Monte del Calvario) junto a dos ladrones: Dimas (el bueno) y Gestas (el malo). Luego de su muerte, fue descolgado y su cuerpo fue entregado a María, María Magdalena, José y Nicodemo. Entretanto, parece que la cruz desmantelada y enterrada en el mismo lugar, donde después se erigiría un Templo a Venus.
Según cuenta la leyenda, Santa Elena, madre del emperador Constantino y famosa por su piedad, peregrinó hacia Tierra Santa en el siglo IV. Este viaje lo hizo con la intención de ir al monte Calvario (Gólgota) y recuperar la cruz de Cristo y los restos de los Reyes Magos. La búsqueda de estos últimos tuvo éxito, por lo cual los envió a la Catedral de Colonia, donde se conservan junto a los restos del Apóstol Matías. En cuanto a la cruz, tuvo que demoler el templo de Venus que se encontraba en el lugar y dedicar todo el esfuerzo de sus hombres a excavar el lugar. Finalmente, la cruz fue encontrada y, por sugerencia del obispo Macario I, mandó a erigir un templo en aquel lugar (la Basílica del Santo Sepulcro) y uno más en el monte de los Olivos. Entretanto, la cruz fue conservada entonces en Jerusalén.
En el año de 451, el concilio de Calcedonia ascendió a Patriarcado a la diócesis de Jerusalén, que fue constituida en el año 30 d. C. De esta manera, luego del cisma de Oriente, el Patriarcado quedó en manos de la Iglesia Ortodoxa Griega. No obstante, en el 614 Jerusalén cayó en las manos de los persas, quienes atacaron la ciudad bajo el mando del persa Cosroes II en 614. Estos gobernaron en Jerusalén hasta 1099, cuando tuvo lugar la Primera Cruzada. El llamado a la guerra fue hecho por el Papa Urbano II, al que acudieron las fuerzas del Sacro Imperio Romano, la República de Génova, el Reino de Inglaterra, Lotaringia, Tarento, el Imperio Bizantino, el Ducado de Apulia, Blois, el Reino de Cilicia, Boulogne, Provenza, Flandes, Normandía, Bearne, Vermandois y Le Puy-en-Velay. Así, se instauró el Reino de Jerusalén, que sobrevivió hasta 1187, cuando fue invadido por los ayubíes al mando de Saladino. Sin embargo, la cruz fue llevada a Europa por los templarios.
Después de estos hechos, no se tienen testimonios verificados sobre el paradero de la Vera Cruz, al menos completa. Por el contrario, se diversificaron supuestos fragmentos y astillas de esta en toda Europa. El mismo Calvino llegó a decir que con toda la madera de esas supuestas cruces se podría construir un barco. No obstante, el historiador Charles Rohault de Felury, luego de estudias todos los registros que se habían hecho en la época medieval de las partes de la Vera Cruz, llegó a la conclusión en 1870 de que, juntas, no sumaban ni la tercera parte de las dimensiones reales de la cruz, que era de tres metros. En la actualidad, diferentes iglesias de todo el mundo afirman tener un fragmento de la Vera Cruz, como la Abadía de Heiligenkreuz (Austria), la Iglesia de San Francisco (Popayán, Colombia) y templos y museos de España, Honduras, Guatemala, México, Costa Rica, Chile, Perú y Nicaragua.
Leyenda
Ríos, cárceles y demonios: la gran variedad de leyendas mexicanas
Leyendas mexicanas
No cabe duda de la riqueza cultural de México, se puede ver reflejada sin ningún problema en las tradiciones y las costumbres, los lugares y las comidas. En todos los aspectos hay un pedacito del país y un punto que no se puede dejar pasar desapercibido es que también las leyendas e historias son abundantes en el territorio tricolor.
Ante la gran variedad de culturas y tradiciones que se juntan en México, para nadie es una sorpresa que las grandes leyendas que se cuentan en las regiones del país tengan infinidad de escenarios: ríos, cárceles, puentes, callejones, los volcanes y su cuento de amor, y hasta casinos.
Contar solamente tres de las leyendas más sonadas del país podría ser injusto ante la gran variedad de historias que se cuentan, pero aquí hay tres de las leyendas más populares.
La llorona
Difícilmente hay algún mexicano que no haya escuchado hablar sobre la llorona y su escalofriante grito. No todos pueden relatar la experiencia paranormal de oírla, pero en esencia todos imaginan la forma en la que suena.
La leyenda cuenta que la Llorona es una mujer que deambula por las calles de la Ciudad de México en busca de los hijos que ella misma asesinó en una noche cuando todavía se recorrían las calles de la Nueva España.
Hay un sinfín de versiones de esta historia, se podría decir que prácticamente en cualquier ciudad por la que cruce un ruido, hay quienes juran haberla escuchado, pero en esencia, la historia es la misma.
Una mujer se enamoró de un caballero y se volvieron amantes, sin embargo, cuando ella pidió formalizar, él se negó debido a que era un hombre de la alta sociedad y no estaría bien visto.
Ciega de la ira, la mujer llevó a sus hijos a la orilla del río que estaba cerca de su casa y los asesinó con un puñal.
A partir de entonces no se supo más de ella, hasta la fecha hay quienes juran haberla escuchado, otros tantos aseguran observar a una bella mujer vestida de blanco, lo único que coincide de las historias es el aterrador grito que emana: ¡Ay, mis hijos!
El casino del diablo
En la zona norte del país hay una historia que le pone los pelos de punta a cualquiera. El Casino de la Colonia Country Club se encuentra actualmente abandonado y sus ruinas se pueden visitar sin ningún problema, aunque se cuenta que ahí se hacen rituales satánicos. Todo se debe a que en los años 60 hubo un suceso que hizo que el inmueble sea conocido como el Casino del Diablo.
La leyenda cuenta que un 31 de diciembre de 1950 se daría un gran baile en el mencionado casino y todos los jóvenes se entusiasmaban por asistir, especialmente las muchachas que pasaban horas arreglándose para bailar toda la noche con algún chico.
Una jovencita Linda, quien tenía 16 años, se arregló de tal suerte que sería la más bonita en el gran baile, pero se encontró con la negativa de sus padres para dejarla ir al recinto.
El enojo de Linda la hizo tomar la decisión de ir al baile a pesar de la decisión de sus padres, se escapó por la ventana de su cuarto y se fue con sus amigos que ya la esperaban fuera.
Una vez en el baile todos querían estar una pieza con ella, pero ella solo aceptó a un joven de cabello negro y grandes ojos. A la media noche, Lina comenzó a sentir mucho calor, como si la quemara la espalda. Después de bailar con el muchacho comenzó a oler a azufre y en el centro de la pista notaron que el joven que bailaba con Linda tenía una para de gallo y otra de cabra.
El fuego se adueñó del lugar y nadie supo más nada de Linda o el caballero con el que bailó, muchos dicen que de la impresión fue internada, otros dicen que se fue con el diablo. Lo único seguro es que el casino no volvió a abrir sus puertas.
La mulata de Córdoba
Por allá del año 1618 en la Villa de Córdoba en la Vera Cruz o Verdadera Cruz, se hablaba de una hermosa mujer cuyo origen nadie conocía, solo se sabía su belleza y que todos se sentían atraídos hacia esa dama que tenía sangre negra y española, una preciosa mulata.
Algunas personas decían que era conocedora de la medicina, que incluso conjuraba tormentas y predecía sucesos naturales, incluso que era capaz de curar las más grandes enfermedades de la época solamente con yerbas.
Mucha gente crédula afirmaba que la mulata tenía un pacto con el mismo demonio y que tenía poderes mágicos, es por ello que la Santa Inquisición la apresó y la envío a San Juan de Ulúa.
Un día en la prisión le solicitó al carcelero un trozo de carbón y cuentan que la mujer dibujó un barco de grandes velas desplegadas al viento. Ante la sorpresa del guardia ella subió a la nave y desapareció.
Del policía solamente quedó un hombre en la locura que fue encontrado al día siguiente con el calabozo vacío y la razón completamente perdida.
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Cruz de Caravaca
La leyenda de la cruz de Caravaca
La Cruz de Caravaca, según afirma la tradición cristiana, es la cruz en la que fue crucificado Cristo, por lo cual se conserva como una reliquia de la Iglesia Católica. En la actualidad, se conserva dentro de un relicario un fragmento con forma de cruz patriarcal, con un doble juego de brazos horizontales (el inferior de diez centímetros y el superior de siete centímetros) y una sola viga vertical de diecisiete centímetros. Este se encuentra en la Basílica del Real Alcázar de la Vera Cruz, en la ciudad de Caravaca de la Cruz, en la región de Murcia, España. Por la leyenda que la soporta, esta reliquia es considerada como patrimonio religioso de la Cofradía de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca.
Según cuenta la leyenda, Santa Elena, madre del emperador Constantino y famosa por su piedad, peregrinó hacia Tierra Santa en el siglo IV. Este viaje lo hizo con la intención de ir al monte Calvario (Gólgota) y recuperar la cruz de Cristo y los restos de los Reyes Magos. La búsqueda de estos últimos tuvo éxito, por lo cual los envió a la Catedral de Colonia, donde se conservan junto a los restos del Apóstol Matías. En cuanto a la cruz, tuvo que demoler el templo de Venus que se encontraba en el lugar y dedicar todo el esfuerzo de sus hombres a excavar el lugar. Finalmente, la cruz fue encontrada y, por sugerencia del obispo Macario I, mandó a erigir un templo en aquel lugar (la Basílica del Santo Sepulcro) y uno más en el monte de los Olivos. Entretanto, la cruz fue conservada entonces en Jerusalén.
En el año de 451, el concilio de Calcedonia ascendió a Patriarcado a la diócesis de Jerusalén, que fue constituida en el año 30 d. C. De esta manera, luego del cisma de Oriente, el Patriarcado quedó en manos de la Iglesia Ortodoxa Griega. No obstante, en el 614 Jerusalén cayó en las manos de los persas, quienes atacaron la ciudad bajo el mando del persa Cosroes II en 614. Estos gobernaron en Jerusalén hasta 1099, cuando tuvo lugar la Primera Cruzada. El llamado a la guerra fue hecho por el Papa Urbano II, al que acudieron las fuerzas del Sacro Imperio Romano, la República de Génova, el Reino de Inglaterra, Lotaringia, Tarento, el Imperio Bizantino, el Ducado de Apulia, Blois, el Reino de Cilicia, Boulogne, Provenza, Flandes, Normandía, Bearne, Vermandois y Le Puy-en-Velay. Así, se instauró el Reino de Jerusalén, que sobrevivió hasta 1187, cuando fue invadido por los ayubíes al mando de Saladino. Sin embargo, la cruz fue llevada a Europa por los templarios.
De esta forma, la Cruz de Caravaca, hecha con la madera de la Vera Cruz (Lignum crucis, como se conoce a esta madera legendaria), cayó en manos del emir Ibn Hud, que gobernaba sobre Al-Andalus. La leyenda dice que un grupo de prisioneros cristianos llegó a la ciudad de Caravaca
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Popol Vuh
¿Qué es el Popol Vuh?
El Popol Vuh es una compilación de varios relatos míticos, históricos y legendarios de la comunidad k’iche, la población maya de Guatemala más numerosa de todas. Debido a la complejidad de su contenido, es considerado por los expertos como uno de los escritos más importantes sobre las culturas mesoamericanas prehispánicas. Por lo mismo, los mayas lo consideran como un libro sagrado. Este texto fue publicado en español entre 1701 y 1703 en la ciudad de Santo Tomás Chichicastenango, departamento de Quiché, Guatemala. La primera página del manuscrito se encuentra en la Bilioteca Newberry de Chicago, Estados Unidos.
Resumen
El Popol Vuh narra los siguientes sucesos:
Origen del mundo: en primer lugar, los dioses crean el mundo, con sus montañas y valles. Luego crean los animales, pero estos son incapaces de adorarlos. Entonces los condenan a que se coman unos a otros. Los dioses después crearon los hombres de barro, pero estos eran frágiles y no consiguieron levantarse ni adorarlos. Entonces crearon los seres humanos de madera, pero no tenían sentimientos, por lo cual decidieron convertirlos en monos. Más tarde, los gemelos Ixbalanqué y Hunahpú intentan matar a Vucub Caquix por su arrogancia, pero fracasan. Al intentarlo de nuevo, finalmente lo consiguen.
Historia de Hunahpú e Ixbalanqué: Los dioses Ixmukané e Ixpiyacoc tuvieron un par de hermanos. Luego Ixbakiyalo y Hun Hunahpú engendraron dos gemelos: Hunchouén y Hunbatz. Después los señores de Xibalbá asesinaron a los hermanos Vucub Hunahpú y Hun Hunahpú, colgando la cabeza de este último en la rama de un árbol. HunHunahpú e Ixquic tuvieron a un par de gemelos que más tarde se volverían héroes: Ixbalanqué e Hunahpú. Estos vivieron con su madre y Ixmukané, su abuela paterna, batallando con Hunchouén y Hunbatz. Luego estos últimos dos fueron transformados en monos. Con un poco de magia, Hunahpú e Ixbalanqué cortaron los árboles. Tras esto, los gemelos héroes se encontraron con una rata, la cual les contó la historia de sus ancestros. Después de esto, los señores de Xibalbá llaman a los gemelos desde el inframundo, retándolos a superar una serie de pruebas. Estos consiguen superar las pruebas, pero Hunahpú muere a manos de un murciélago. Por suerte, su hermano logra resucitarlo. Pese a esto, los dos terminan suicidándose en las llamas de una hoguera, siendo sus huesos llevados por el agua de un río. Poco después, los gemelos regresan a la vida y matan a los señores de Xibalbá.
Formación de los hombres de maíz: al comienzo, se crearon cuatro hombres de maíz: Balam Quitzé, el primero; Balam Akab, el segundo; Mahucutah, el tercero; e Iqui Balam, el cuarto. Después de esto, los dioses crearon las primeras cuatro mujeres. Entonces los hombres las desposaron y comenzaron a tener hijos con ellas, poblando la tierra.
El amanecer y Hacauitz: Venus aparece después de que nace el sol, causando mucha dicha para todos. Tras esto, los dioses se convierten en piedra y sólo queda libre Zaquicoxol. Mientras tanto, los cuatro varones k’iche se esconden en una montaña. Después Tohil, dios de los k’iche, ordena que se secuestren personas de otros pueblos para que le sean sacrificados. Las demás tribus, preocupadas por esta situación, mandan cuarto jóvenes muy hermosas para seduzcan a los k’iche y los lleven a la desgracia. Sin embargo, su plan es frustrado cuando las engañan con cuatro mantos mágicos. Entonces las demás tribus envían un ejército conjunto para derrotar a lo k’iche en lo alto de la montaña. Pero cuando están subiendo por esta, son derrotados por un sueño que les envía Tohil. Así los cuatro k’iche roban las armas de sus enemigos. Después de esto, los cuatro dan sus consejos y mueren uno por uno. Su territorio entonces heredado por sus hijos.
Relatos sobre migraciones: los hijos de los primeros k’iche vuelven a la ciudad de Tula, en donde Nacxit les entrega los símbolos de poder. Tras regresar al cerro Hacauitz, son recibidos con mucha alegría. Después, migran buscando un cerro donde puedan establecerse finalmente y erigir una ciudad. Así pasan por Chi Quix, donde el grupo se divide, y luego por Chi Chak, Humeta Ya, Qulba, Cauinal y después por Chi Ixmachi. Aquí comienza una guerra cuando los Ilocab engañan a los Istayul. Por ello, los primeros son esclavizados y el poder de los k’iche crece demasiado, causando terror a los pueblos vecinos. Así se forman los tres tinamit principales de la Confederación K’iche: Ahau Quiché, Cauiquib y Nihaib.
Fundación de Gumarcah y lista de generaciones: se funda la ciudad de Gumarcah en la actual Santa Cruz del Quiché, ubicada en el departamento de Quiché, Guatemala. Tras esto, se fundan las veinticuatro casas grandes, llegando a ser unidades de gran importancia social y política. Después se narran las conquistas que hicieron Gukumatz y Quikab, cuya naturaleza era prodigiosa. Luego los caueques k’iche anexionan varias tierras a su territorio al conquistar los pueblos vecinos. Estos comienzan a pagarles tributo. Después se nombran los diferentes casas grandes y chinamit que hubo en el territorio señalado, hasta la vida de Juan de Rojas, quien vivió la conquista española.
Personajes
Dentro del Popol Vuh se pueden encontrar los siguientes personajes:
- Tepeu: dios creador del cielo.
- Gucumatz: dios creador del cielo.
- Hurakan: dios de las tormentas.
- Balam Quitze: dios de las cosechas y los campos.
- Balam-Agab: dios jaguar de la noche.
- Mahcutah: uno de los hombres primigenios.
- Iqui Balam: otro de los hombres primigenios.
- Tojil: dios del fuego.
- Hunanpú: uno de los hermanos gemelos ahpú.
- Ixbalanque: otro de los hermanos gemelos ahpú.
- Ixquic: madre de los gemelos ahpú.
- Hunbatz: hijo de los ahpú.
- Hunchouén: hermano del gemelo Ixbalanqué.
- Vucub Caquix: dios de la Osa Mayor.
- Zipacná: demonio con forma de caimán grande, hijo de Vucub Caquix.
- Cabrakán: dios de los terremotos y las montañas.
- Hun Camé: dios del inframundo.
- Vucub Camé: demonio del inframundo en la tierra de Xibalbá.
- Ixmukané: dios que le dio vida a los hombres de maíz.