Nuevo Orden Mundial

El Nuevo Orden Mundial es una teoría de la conspiración que afirma la existencia de un plan diseñado con el fin de instaurar un nuevo modelo de gobierno único a nivel mundial, controlado por sectores elitistas y plutocráticos. La teoría surgió hacia los años 90 en Estados Unidos y desde entonces ha tomado fuerza, sumándose a otras teorías que confirmarían la existencia del gran plan tras bambalinas.

Sus adeptos afirman que la expresión NOM apareció por primera vez durante el gobierno de Woodrow Wilson a comienzos del siglo XX. Desde entonces la expresión ha sido usada en varios documentos gubernamentales estadounidenses, especialmente durante la administración de G. Bush. Con la pandemia por el covid 19, la teoría volvió a surgir junto a otras teorías conspirativas (Pizzagate, Plandemic, QAnon…), al punto de convertirse en trending topic.

Origen e historia

El concepto de Nuevo Orden Mundial apareció por primera vez, según los conspiracionistas, en 1918, en el documento de los Catorce Puntos del presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson. Recién había terminado la Primera Guerra Mundial y en el documento, Woodrow hacia un llamado para la creación de la Sociedad de la Naciones, predecesora de la Organización de las Naciones Unidas (creada en 1945).

La misma expresión- Nuevo Orden Mundial- volvería a usarse más tarde, aunque con cierta reserva, tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Cuando se hablaba de la creación de las Naciones Unidas, a luz del fracaso de su antecesora.

A partir de entonces la expresión aparecería con cierta frecuencia en documentos gubernamentales, discursos y revistas estadounidenses. Además la expresión era usada por grandes mandatarios. Al final de la Guerra Fría, los presidentes George Bush y Mijaíl Gorbachov, usaron la expresión para hablar de la nueva realidad que experimentaría el mundo durante la posguerra.

Fue entonces que, durante los años 90, la teoría comenzó a tomar forma. Luego de que la expresión fuera mencionada por el presidente Bush en numerosas ocasiones. Hasta ese entonces, NOM era apenas un rumor mencionado en revistas y medios de conspiraciones sin sustento alguno. Luego de esto, aparecerían las historias sobre illuminati y su elaborado plan para el dominio del mundo; grupos elitistas confabulados; grandes corporaciones detrás de gobiernos; mandatarios que funcionan como títeres; y el plan para la creación de un gobierno único a nivel mundial, dirigido por las elites.

Con la pandemia, la teoría volvió a tomar fuerza viralizándose en redes y foros. En la actualidad son muchos sus seguidores, así como sus detractores. Y es que una vez una teoría toma fuerza es imposible detenerla y la situación actual no hace más que estimular las conspiraciones.

¿De qué trata la teoría?

La teoría en sí habla de la existencia de un plan para la creación de un gobierno único que, en secreto, está siendo diseñado y ejecutado por las elites desde las sombras. Una vez consumado este plan, el mundo no volvería a ser el mismo. El poder y control quedarían en manos de las elites, que pasarían a gobernar de manera dictatorial. En este nuevo mundo, la inteligencia, creencias, individualismo o cualquier clase de libertad, estarían totalmente excluidas. Las viejas naciones desaparecerían, para ser sustituidas por las megacorporaciones.

Sería la dictadura de las elites económicas, las grandes corporaciones, del trabajo y el poder en las manos de unos pocos. Las personas de clase media y baja pasarían a ser entes sin voz ni voto, totalmente controlados sea por medio de químicos o tecnologías para el control mental. La teoría, aunque poco sustentada, es clara sobre la importancia que tienen la globalización y el desarrollo de las tecnologías para la vigilancia y rastreo. En un mundo tan conectado y accesible, las elites tras bambalinas, estarían instigando para obtener el control total sobre las masas.

¿Quiénes son los conspiradores?

Para los conspiracionistas, la mente maestra detrás de esta conspiración son los illuminati (sociedad secreta creada en el siglo XVIII), la nobleza, algunos grupos de la iglesia católica, gobernantes, banqueros, grandes empresarios y judíos (NOM es una teoría antisemita en varios aspectos).  No es raro que se mencione a varios dirigentes, intelectuales y celebridades como miembros de la conspiración.

Y ¿Qué quieren?

Al igual que otras teorías conspirativas, NOM esta poco sustentada y este tema es en especial poco claro. Más allá del dinero y el control que obtendrían con la consumación del plan, no existe claridad sobre que querrían estas elites. Cabe mencionarse que NOM esta diseñado para someter a los sectores populares y la clase media a trabajos de esclavitud y regímenes autoritarios, donde la riqueza quedaría en manos de las personas en el poder.

¿Cómo lo están haciendo?

Para los conspiracionistas, NOM esta siendo ejecutado a través del control de las sociedades, desde espías en el gobierno y sistemas de hipervigilancia, hasta formas de control mental masivo, tecnologías imp lantadas y el empobrecimiento de las clases para luego someterlas. Es por esto que muchos conspiracionistas ven en la situación actual las manos de  una elite tras las sombras: crisis económicas, empobrecimiento, enfermedades, conflictos que podrían llevar a una Tercera Guerra Mundial, el avance en la IA, tecnologías más allá de la imaginación y el poder y control que tienen los medios y las redes sociales.

 ¿Existen pruebas?

Hasta el momento no existe ninguna prueba contundente sobre la existencia de tal complot. Si bien, es claro que vivimos en una sociedad hiperconectada, que las crisis económicas han azotado a varias regiones del mundo en los últimos años, y que en la actualidad el mundo a traviesa una grave crisis en diferentes áreas (humanitaria, climática, económica…).

Ahora bien, para los conspiracionistas existen varios símbolos que servirían para identificar las acciones orquestadas por los autores detrás del malévolo plan.  Y como era de esperarse, estos iconos están relacionados con el imaginario illuminati y masón como son la pirámide y el ojo de horus (incluidos en el dólar estadounidense).