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Celta

Los hijos de Milé

Petr Vodicka [Public domain], via Wikimedia Commons

Leyenda de Los hijos de Milé

Los hijos de Mile fueron el último grupo de invasores que llegó a poblar Irlanda según el Lebor Gabála (Libro de las Invasiones), estos enfrentaron a los Tuatha de Danann quienes gobernaban por ese entonces el territorio. El origen de esta familia según la tradición cristiana se remonta al periodo en el que Moisés y los israelitas atravesaron el mar Rojo, dejando atrás al grupo de egipcios que los perseguían. En ese entonces existía un noble escita, el cual tras ser exiliado se refugió en Egipto, sin embargo, permaneció poco tiempo en el país, ya que al ser uno de los pocos nobles que quedaban, los egipcios temieron que este tomara el poder, por lo cual lo expulsaron de su territorio. Después de salir de Egipto viajó con su familia hacia las costas de la península ibérica, donde la familia se estableció y multiplicó.

En la península conocida por los celtas como el país de los muertos

, Bregón, abuelo de Milé construyó una torre, desde la cual su hijo Ith, observó las tierras de Irlanda, intrigado por estas emprendió su viaje. En el momento que desembarcó no encontró nadie en la costa, por lo cual se dirigió hacia el interior, en este se encontró con los tres reyes Tuatha de Danann, quienes le recibieron amablemente, pero poco tiempo después lo mataron. Cuando los parientes se enteraron del deceso de Ith, tomaron su cuerpo y regresaron a la península, en esta decidieron tomar venganza contra los Tuatha de Danann, por lo cual emigraron por completo a Irlanda. Las embarcaciones de estos llegaron al territorio irlandés el primero de mayo, día en que se celebran las fiestas de Beltane. Tres días después iniciaron los enfrentamientos entre los hijos de Milé y los Tuatha de Danann; la primera batalla tuvo lugar en Sliab Mis (Slieve Mish), ubicado en el condado de Cork, posteriormente la lucha se movió a Tara, en la que los dos bandos comenzaron a negociar. Al finalizar la negociación los hijos de Milé, fueron sometidos a la sentencia de Amairgen, siendo forzados a regresar por el camino que habían llegado, caminaron hasta la costa, se embarcaron y navegaron hasta la misteriosa distancia de nueve olas, distancia que fue establecida por Amairgen. Una vez en este lugar, los Tuatha De Danann y los druidas comenzaron a cantar poemas mágicos que provocaron un fuerte viento que empujó los navíos de los hijos de Milé hacia el mar.

Tras el fracaso de la primera invasión, los hijos de Milé regresaron al territorio irlandés, desembarcaron en el Boyne, costa oriental de Irlanda; poco tiempo después iniciaron los enfrentamientos, los cuales terminaron en Taltiu, donde los tres reyes Tuatha de Danann, perdieron la vida a manos de los hijos de Milé. Al finalizar el enfrentamiento los sobrevivientes de los Tuatha de Danann, se refugiaron en el mundo subterráneo, en el cual viven una vida paralela a la de los humanos, se cree que en algunas ocasiones visitan sus antiguos dominios protegiéndose con hechizo que los hace invisibles. Tras conseguir la victoria los hijos de Milé se enfrascaron en una lucha por el poder, ya que el mayor de los hermanos murió, dejando sin jefe a la familia, el puesto fue disputado entre Eremón y Eber Find, este último pereció durante la lucha, por lo cual el mando de la familia quedó en manos de Eremón, quien gobernó Irlanda por largo tiempo.

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Cornucopia

Simbolismo de la cornucopia

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Simbolismo de la cornucopia

La cornucopia es un símbolo compuesto por un cuerno de cabra lleno de oro u alimentos. Este fue tomado como una representación de la abundancia y la prosperidad desde hace miles de años, aproximadamente desde el siglo V a. C. Por ello, se tiene un mito relacionado con Zeus que explica su origen dentro de la mitología griega; aunque su influencia se puede ver también en el mundo celta, donde representaba a Epona, la diosa que cuidaba de los jinetes, los viajeros y los animales de carga. Además, dentro de la mitología romana representaba a las diosas menores Fortuna, Abundancia, Ocasión, Liberalidad, Prudencia y Alegría.

Según cuenta el mito, Rea ocultó a su hijo en Creta y le dio a Cronos una piedra envuelta en un pañal (ónfalo), que fue devorada por este pensando que era un bebé real. En Creta, más precisamente en el monte Ida, Zeus, el verdadero niño, fue encontrado por la ninfa Amaltea y criado por esta junto con su cabra. La ninfa lo alimentó entonces con leche del animal y miel de abeja. Un día, uno de los cuernos de la cabra se rompió. Amaltea lo llenó con frutas y flores y luego se lo llevó a Zeus, quien lo subió al cielo y lo convirtió en la cornucopia, símbolo de prosperidad para los griegos.

La cabra, por su parte, también fue ascendida por Zeus hasta al cielo, donde se convirtió en la constelación de Capricornio (aunque en otras versiones se convirtió en la estrella Capella, la estrella más brillante de la constelación de Auriga). En otras versiones, es el mismo Zeus quien le rompe el cuerno a la cabra, y este pasa de mano en mano entre varios héroes debido a su gran valor. Según varios autores, Zeus tomó la piel de la cabra y la convirtió en su famosa égida. Luego de ello, regresó y salvó a sus hermanos, venciendo a Cronos con ayuda de los Cíclopes y los Hecatónquiros.

En una variante del mito, Heracles (Hércules) se enfrenta con el dios Aqueloo, quien era capaz de convertirse en cualquier cosa.  El enfrentamiento tuvo su origen porque ambos buscaban la mano de Deyanira. Al final, Heracles se impuso ante Aqueloo y le rompió un cuerno cuando este se convirtió en toro. El dios se rindió con la condición de que le devolviera el cuerno, y a cambio él le daría uno de la cabra Amaltea que no paraba de producir frutos. En algunas versiones, Heracles acepta y toma el cuerno de la cabra; en otras, se queda con el cuerno del dios y se lo entrega a las náyades, quienes lo llenan con flores y frutos.

En la actualidad, la imagen del cuerno ha sido reemplazada por cestas de mimbre con formas cónicas, como las utilizadas en el Día de Acción de Gracias. De esta forma se puede encontrar en el escudo de al menos cinco países latinoamericanos: Colombia, Panamá, Perú, Venezuela y Honduras; en los escudos de Mendoza (Argentina), Copiapó (Chile) y Cagayán de Oro (Filipinas); en el gran Sello del Estado de Carolina del Norte; y en los blasones de Kharkiv (Ucrania) y Huntingdonshire (Inglaterra).

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Trisquel

Significado del trisquel

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Simbolismo del trisquel

El trisquel, también conocido como triskel, trinacria o trikele, es un símbolo celta conformado por tres espirales cuyas líneas exteriores se unen formando una especie de hélice de aspas redondeadas. Los celtas fueron una cultura prerromana que se extendió desde las islas del Reino Unido y el Norte de Francia hasta la mayor parte de Europa, incluida Turquía, España, el sur de Alemania y varias regiones de Europa Central. Las espirales del trisquel usualmente están organizadas en forma de triángulo o pirámide, con dos espirales abajo y una arriba. Dado que este símbolo encarna la espiral y el número tres, sagrado para los celtas, se tiene por una manifestación del equilibrio, la armonía, el orden, el universo y la perfección.

De esta manera, el trisquel era utilizado exclusivamente por los druidas, los sacerdotes y profetas celtas que estaban imbuidos por awen

(término semejante al de “inspiración”). Esto se debe a que, según narran los escritos, el símbolo estaba dotado de poderes mágicos, por lo cual su uso debía ser responsable. Además de ser portado como amuleto por los druidas, este símbolo se puede encontrar en algunas ruinas que fueron, anteriormente, lugares rituales y ceremoniales. Se decía que el trisquel representaba los tres momentos del tiempo: el pasado, el presente y el futuro; y que representaba el comienzo y el fin, la corporeidad y el espíritu, el crecimiento, la evolución y el aprendizaje perpetuo.

Portado por los druidas, era utilizado para realizar sanaciones, pues acompañado de los rituales precisos, era capaz de curar la fiebre y las heridas de batalla

. Según señalaban los mismos druidas, la espiral de arriba representaba los sentidos, las sensaciones y las limitaciones y posibilidades del cuerpo; la segunda espiral simbolizaba la razón, la consciencia, el pensamiento y las ideas; mientras que la última espiral, conocida como triskilla, representaba el camino de aprendizaje que tenía el alma en el mundo de los dioses y de los espíritus.

A lo largo de la historia se han podido encontrar distintos trisqueles grabados en varios yacimientos arqueológicos. Así, se han descubierto en monedas de la época celta; en edificaciones de la ciudad de Ilíberis, en Granada, la cual prosperó antes de la emergencia de los romanos; y en forma de petroglifos, luego de que se desgastara la piedra con utensilios afilados y contundentes. La mayor parte de estos descubrimientos han tenido lugar, en cuanto a España se refiere, en el País Vasco, Galicia, Asturias y Cantabria.

Al parecer, los griegos asimilaron el trisquel celta y lo transformaron en triskelion (τρισκέλιον), aunque reemplazaron las espirales por piernas. Este símbolo se puede hallar en el escudo que tiene la Isla de Man, Reino Unido; y en el escudo de Sicilia, Italia, la cual tiene en el medio la cabeza de la medusa.

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Teutates

G.Garitan [CC BY-SA 3.0], via Wikimedia Commons

Mito de Teutates

Teutates Dios de la guerra y protector del pueblo de Galia, es considerado uno de los dioses más fuertes de la mitología celta. Es conocido por diversos nombres como Tutatis (pueblo), Albiorix (rey del mundo) y Caturix (rey de la batalla), los cuales hacen alusión a sus funciones como protector, defensor y deidad de la batalla. Suele ser asociado con el Dios latino, Júpiter y con Dios de la guerra romano, Marte, en relación a este último se cree que Teutates puede ser el nombre que los habitantes de Galia daban al Dios romano, sin embargo, esto no está corroborado. Esta deidad también fue considerada el Dios de la unidad de la tribu, ya que estaba encardo de mantener los lazos entre los hombres.

Teutates era uno de los miembros de la Triada de la Noche, conjunto de dioses conformado por el Dios de la naturaleza, Ésus y la deidad de las tormentas, Taranis. Estas deidades solían ser invocadas por los druidas de la noche, grupo de religiosos, sacerdotisas, brujos y poetas que vivían en lo profundo del bosque alejados de las tribus. Estos invocaban a las deidades por medio de ritos lunares en los que pedían poder, sabiduría y otros favores, asimismo, estos rituales eran una muestra de rendición ante la deidad.

Esta deidad predecesora del hombre fue una de las figuras más conocidas en el territorio de Galia, el cual lo vio cómo su deidad protectora. En este territorio se le rendía culto a la deidad por medio de una serie de ofrendas, entre la cuales solía incluirse los sacrificios humanos, era costumbre que tras la batalla el soldado quemara todo el botín de guerra junto a los prisioneros como agradecimiento por la victoria. Existían diversas razones por las cuales eran llevados a cabo estos sacrificios, en algunos casos era una muestra de agradecimiento por la protección de la deidad o por la victoria en la batalla; en otros casos se realizaba esta práctica como un intercambio, en el que una persona cerca de la muerte entregaba a otro para así extender su periodo de vida.

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