Inca
Viracocha
Viracocha (mitología Inca)
Viracocha. Dios creador del universo. Es el equivalente al Dios cristiano debido a su poder de creación, también es conocido como el dios de las varas o báculos y padre de la primera civilización. Viracocha creó el cielo, la tierra, la luna y las estrellas, y luego creó a los primeros habitantes soplando sobre las piedras. La primera generación de hombres fue creada sin cerebro, por ese motivo tiempo después un gran diluvio los destruyó y nació una nueva civilización.
El dios Inca engendró a tres hijos: Inti, Mama Quilla y Pachamama. Así mismo Mano Capac (hijo de Inti) y Mama Ocllo fueron los hermanos y esposos sobrevivientes del diluvio por mandato del dios creador, ellos eran los encargados de fundar la nueva civilización.
Origen
Viracocha surgió del lago Titicaca en tiempos de oscuridad, su nacimiento aseguro la luz expresada en la creación del sol, la luna y las estrellas. Por esta es aceptado como el salvador.
Representación
Tiene aspecto de hombre, lleva la luz como corona, dos varas en sus manos como rayos y en su rostro se observan lágrimas que representan la lluvia. Estos símbolos representan los elementos naturales que demuestran que es el creador.
Inca
Mascapaicha
Simbolismo de la Mascapaicha
La mascapaicha, también conocida como maskaypacha, era la corona que llevaba el rey del Imperio Inca. Llevar esta corona significaba, pues, ser el Sapa Inca, el Inca del Tahuantinsuyo (las cuatro regiones del Imperio Inca) y gobernador del Cusco, capital del imperio. Según señala el historiador Max Uhle, la etimología de este término proviene de los vocablos paicha, que se traduciría como “borla”, y masca, un término proveniente de las primeras naciones quechuas que dominó Manco Capac. Por lo tanto, se cree que la mascapaicha fue utilizada durante los primeros años en los que se fundó la nación incaica, alrededor del siglo XII.
La mascapaicha, que también era conocida como Llautu o Borla del Inca, consistía en un cordón con un tejido de entre 16 y 32 hilos, cada uno de los cuales tenía el grosor de un dedo. De esta manera, el cordón le daba la vuelta a la cabeza del Inca desde cuatro hasta cinco veces, y quedaba con la apariencia de una guirnalda.
Según se tiene registro, existían hasta tres clases distintas de mascapaicha. Uno de color azul y rojo para el Sapa Inca; otro de color amarillo y rojo para los miembros de la familia real (Panaca); y otro de color negro para los Incas de menor categoría, como los que poseían poder local. Además de estos tres tipos de mascapaicha, las mujeres elegidas, conocidas como Acllas, tejían borlas pequeñas de color rojo y amarillo, denominadas como Paicha. Estas se cosían a una trenza delgada del largo de una braza. Por lo tanto, la mascapaicha y sus variaciones eran propias del Inca y su familia.
La mascapaicha como tal sólo podía ser llevada por el Sapa Inca, quien la recibía en una ceremonia de coronación de manos del Willaq Uma, el máximo sacerdote del Imperio Inca. Dicha coronación tenía lugar después del fallecimiento del Inca anterior, quien legaba su título a su hijo y príncipe heredero, el auqui. Entre las funciones del Inca estaban la dirección militar, política, social y económica del Estado. También nombraban a los gobernantes locales, erigían colonias militares y ordenaban y presidían las grandes construcciones, como las fortalezas, los caminos, los monumentos y las ciudades. Se sabe además que, como descendientes de Inti, organizaban el calendario para saber qué días debían realizarse fiestas y sacrificios.
Dado que en un comienzo la civilización Inca sólo habitaba la ciudad de Cuzco, la mascapaicha representaba el dominio sobre este territorio. Después de que la influencia de esta cultura se extendió por más territorios y por más pueblos, pasó a representar el liderazgo del imperio
Inca
Chacana
Simbolismo de la chacana
La chacana, también conocida como cruz chakana, es un símbolo de las comunidades indígenas de los Andes, el cual tiene la forma de una cruz superpuesta a un cuadrado de menor tamaño. El término proviene del aimara pusi chakani, que se puede traducir como “la que tiene cuatro puentes” y del concepto quechua chacana, que se puede traducir como “objeto con forma de puente” o “escalera”. Este símbolo es propio de comunidades que vivieron y que todavía sobreviven en Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú; aunque era conocido como tsakana en los pueblos precolombinos de Huánuco, Acnash y Nor Lima.
La chacana se desarrolló hace unos 4000 años, según apunta el arquitecto y etnólogo peruano Carlos Millas Villena, conocido también como Wayra Katari, y actualmente sigue utilizado por las culturas aimara y los descendientes del Imperio Inca. Esta cruz escalonada de doce puntas fue creada, probablemente, para representar la constelación de la Cruz del Sur, el Sol y las escalinatas que tenían las grandes obras de arquitectura inca. De esta manera, la cruz chacana representa la unión entre la tierra y el mundo celestial, entre lo bajo y lo alto, entre lo mundano y lo espiritual, pues la escalera es un símbolo del ascenso hacia el cielo, al igual que las pirámides escalonadas.
Las chacanas se pueden encontrar en el altiplano sudamericano en distintas obras de corte indígena, como esculturas, monumentos, cerámicas, tejidos y petroglifos. Los registros más antiguos de uso corresponden a la cultura Caral, una de las más antiguas de Sudamérica; a la cultura de Seshin Bajo; y a los aimaras de Tihuanaco, Bolivia. En la actualidad, el símbolo sobrevive dentro de las grandes urbes andinas, por lo cual se puede encontrar en el pavimento de la Universidad Pública de El Alto, en Bolivia; en el pavimento de la Plaza de Armas de Iquitos, en el Perú; y en varias partes de la provincia de Jujuy, en la Argentina.
El historiador Garcilaso de la Vega, el Ynga, refiere que una cruz chacanoa hecha en mármol o jaspe rojo y blanco era venerada alrededor del siglo XVI en una casa de la región. No obstante, afirmaba que los incas no la adoraban como representación de alguna deidad o leyenda, sino por su belleza y armonía geométrica
Algunos historiadores, pese a la evidencia arquitectónica y de otra índole que se puede encontrar en los Andes con una antigüedad de hasta 300 y 600 a. C., han afirmado que la chacana es sólo una invención moderna de los estados andinos para promover el turismo, razón por la cual el símbolo se vendería en forma de colgantes, manillas, mochilas y tejidos
La controversia sigue en pie a falta de un relato que sustente el valor simbólico de la chacana. Pese a ello, es de admirar su diseño y su complejidad geométrica, propio de las culturas indígenas, de su cosmovisión y de interpretaciones y significados que no sobrevivieron hasta nuestros días.
Andino
Wiphala
Simbolismo de wiphala
Wiphala es el nombre que recibe la bandera de varias comunidades indígenas que viven alrededor de la cordillera de los Andes. La bandera consta de un cuadrado con un total de 49 cuadrados concéntricos. De esta manera, se forman doce diagonales desde la parte inferior izquierda hasta la parte superior derecha. Cada diagonal tiene un color de la siguiente manera: amarillo, naranja, rojo, violeta, azul, verde, blanco (en la mitad), amarillo, naranja, rojo, violeta, azul y verde. Debido a estos colores, la bandera en algunas ocasiones ha sido confundida con la bandera LGBT y con la bandera la ciudad de Cusco, en Perú.
Según anotan los expertos de estas comunidades, cada color de la wiphala significa lo siguiente:
- Amarillo: que simboliza la fuerza y la energía de los andinos, la dualidad entre pacha-mama y pacha-kama, las leyes de la sociedad andina.
- Naranja: que simboliza la preservación y la multiplicación de la especie humana, la salud, la educación, la juventud y el patrimonio andino.
- Rojo: que simboliza la tierra, aka-pacha, la filosofía, el conocimiento y la cultura amawta.
- Violeta: que simboliza la ideología y las diferentes formas de la política y la sociedad andina.
- Azul: que simboliza el infinito, el cosmos y las estrellas, y los efectos que tienen estas sobre la tierra y los asuntos humanos.
- Verde: que simboliza la economía y los productos de la comunidad andina. Representa también las riquezas de la tierra, como la flora, la fauna y los recursos hídricos.
- Blanco: que simboliza el tiempo y la dialéctica, el desarrollo y la transformación que siempre está haciendo qullana marka sobre los Andes.
Esta bandera tiene su origen en la bandera del pueblo aimara, con una población de cuyo territorio se extiende desde Bolivia hasta Perú y Chile, donde viven alrededor de dos millones de personas. Esta bandera fue considera como símbolo nacional por Bolivia a partir de la Constitución de 2008. Su etimología se encuentra, probablemente, en los vocablos aimara wiphai, que se utiliza como exclamación en ceremonias y fiestas; y laphaqi, proveniente de la expresión lapx-lapx, que hace referencia al sonido del viento, al sonido que produce un objeto flexible cuando es ondeado por el viento. Ambos vocablos conforman el término wiphailapx, que se traduce como “la victoria que ondea el viento”, en referencia a una bandera. De ahí proviene wiphala, una forma más eufónica de wiphailapx.
A pesar de que esta bandera se conoce como wiphala por la gran mayoría de las asociaciones indígenas y por gran parte del territorio latinoamericano, se le conoce con distintos nombres o escrituras en algunas regiones específicas
Según lo señalan distintos estudios hechos al respecto, la wiphala es un símbolo posterior a la conquista española. Se sabe el empleo de los colores que tenían estas comunidades indígenas eran distintas al cromatismo que tiene la bandera, además de que este tipo de símbolos eran inexistentes. Las banderas, tal y como las conocemos hoy en día, tienen su origen en las dhwasha que usaban los carros de guerra de la india y en los emblemas que usaban las huestes romanas. De manera que, al igual que la chakana, también conocida como cruz andina, la wiphala es un símbolo rescatado y propio de la adaptación de estos pueblos a los momentos que vivieron en la conquista, cuando exigían sus derechos.
Por todo lo anterior, la wiphala se puede apreciar en un qiru (vaso indígena) que se encuentra en el Museo de Tiwanaku, en el departamento de La Paz; junto a un tejido koroma que se encuentran en la provincia de Antonio Quijarro, en Potosí; y pintada sobre la superficie de una roca en Wantirani, Qppakati, en la provincia de Mako Kapajk del departamento de la Paz. De las crónicas españolas que se escribieron sobre la conquista de Bolivia y del territorio aimara, sólo una, escrita por Cieza en 1553, señala que los guerreros llevaban una bandera al campo de batalla. Las demás mencionan el uso de emblemas en las fuerzas del Imperio Inca, pero este no tiene relación con la wiphala.