Simbolismo de la trompeta

La trompeta es, junto a la flauta, uno de los instrumentos musicales de viento más antiguos de toda la historia de la humanidad. Su origen se puede rastrear en los cuernos de buey y en los caracoles marinos que los primeros humanos modificaron y soplaron hasta producir un fuerte sonido o para amplificar sus propias voces. Debido a esta asociación con el cuerno y lo animal, la trompeta fue leída durante el Medioevo como un símbolo pagano, propio de los bárbaros que bebían hidromiel (fermentación de agua con miel) en cuernos. Aun así, la trompeta era empleada para anunciar la presencia de las grandes personalidades en las cortes y para anunciar el inicio del día y los acontecimientos más importante, como las batallas o la entrada de los guerreros, vencidos o triunfantes, en la ciudad.

Por todo lo anterior, no es extraño que en la Biblia se refiera que el Apocalipsis viene precedido por el sonido de trompetas, tocadas por los ángeles desde el cielo. Concretamente, se dice que el sonido de las trompetas será alternado con momentos de silencio

. Esta práctica se puede rastrear en los ejércitos romanos, quienes hacían esta alternancia para infundir de adrenalina a los soldados. Sin embargo, la asociación entre trompeta y cielo se puede encontrar en la mitología griega, pues se narra que Atenea apareció en Argos transfigurada en una trompetista (salpinx). Por dicha razón, la trompeta era tocada en eventos religiosos, como una invocación de esta diosa.

En las fiestas consagradas a Dionisio, se tocaban trompetas entre los tirsos, de forma que quedaran escondidas a los participantes. Esto mismo se puede encontrar en los rituales judíos de los tabernáculos, donde las trompetas también se esconden entre ramos. Esto no era así en el mundo romano, donde las trompetas se tocaban delante de grandes públicos, como los funerales, los desfiles, los sacrificios y los juegos públicos.

Los judíos utilizan una trompeta ceremonial a la que llaman shofar, del hebreo שופר‎. Este se utilizaba para acompañar las lecturas del Tanaj y el Torá, así como para realizar varios de sus rituales, como el natlá, la copa de lavado, el contenedor de cidro y la incineración de cada una de las velas del candelabro del shabat. Este instrumento se fabrica con el cuerno de un animal que sea considerado como limpio y puro, como es el caso de la gacela, el carnero, el antílope y la cabra. El número de veces que es tocado depende de la ceremonia. Por ejemplo, en el Yom Kipur (Día del perdón) y en el Rosh Hashaná (Año Nuevo Judío) se toca el shofar una sola vez durante el rezo y al final de este; mientras que se toca 100 veces en el lamento de la madre de Sísara. Algunas familias acostumbraban a producir un largo sonido con el shofar para confundir a Satanás.

La persona que tiene la misión de tocar el shofar durante las ceremonias recibe el nombre de Tokea, que podría traducirse como “el explosionador” o “aquel que produce la explosión”, en referencia al sonido explosivo del cuerno. También se le puede denominar como Ba’al Tekia, que traduciría “maestro del sonido”. Para llegar a ocupar este cargo, la persona debe ser una estudiosa de la Torá y ser temeroso del poder de Dios, en el sentido religioso. Además de esto, debe recibir el apoyo de todos los presentes. En el caso de que su candidatura no llegue a un consenso, se debe retirar su postulación y elegir a alguien más.