El sol alado es un símbolo que consta de un disco solar con un par de ángeles a sus lados. Este símbolo es propio de varias culturas antiguas del Oriente Próximo, como Anatolia, Egipto, Persia y Mesopotamia. Si bien algunas interpretaciones varían de un autor a otro, la mayoría parecen coincidir en que simbolizaba la realeza, la divinidad y el poder. Resulta curioso que símbolos similares se pueden encontrar en otras culturas de Sudamérica. El primer registro de este símbolo data del siglo XXVII a. C. y se puede encontrar en el monumento fúnebre de la reina Heteferes I, esposa de Sneferu y madre del faraón Keops. En este caso, el disco solar se encuentra sobre el cartucho de Sneferu y bajo su a la derecha se encuentra inscrito el nombre de Horus, mientras que bajo el ala izquierda se encuentra la inscripción de “la protección de la vida se encuentra alrededor suyo para toda la eternidad”.
En algunos casos, el disco solar se encuentra acompañado a cada lado por el símbolo de una cobra, conocido como ureo (Uraeus). En el periodo conocido como Bajo Egipto, el símbolo del sol alado se utilizaba normalmente para acompañar las representaciones de Behedeti, dios de todo lo que lo que está bajo la luz del sol. Más tarde, se asoció este símbolo con Horus en la ciudad de Edfu; y después sería relacionado con el faraón legendario Ra-Horajti y con Ra, el dios de la vida y del sol. Además de esto, en algunas ocasiones era pintado y esculpido en el cuello de Apis, el toro sagrado que representaba al sol y que estaba bajo el cargo Ptah, el señor de la magia y el maestro constructor.
Según cuenta la leyenda, en el año 363, durante el reinado del faraón Ra-Horajti, se produjeron varios levantamientos rebeldes en las regiones del Alto y el Bajo Egipto mientras el faraón estaba en Nubia. Entonces este reunió a varios de sus más fieles seguidores, entre los cuales estaba Horus, el hijo de Isis, y se enfrentó a los rebeldes, mayoritariamente dirigidos por Set, dios de los incontenible, la fuerza bruta y lo tumultuoso. Tras una larga y fiera lucha, Set por fin fue derrotado y decapita, pero su cabeza se convirtió en serpiente y huyó. Para evitar que este ser maligno volviera a aparecer, el faraón dejó sobre la tierra el símbolo de Horus, el disco solar alado. Más tarde, en ese lugar se erigió el templo de Edfu y se puso el sol alado en su puerta. Lo mismo fue imitado después en varios templos, para protegerlos del mal.
Más allá de la civilización egipcia, el símbolo del sol alado se puede encontrar en el Asia Menor, el Levante Mediterráneo y Mesopotamia, cuyos registros tienen una antigüedad que data del 2000 a. C. De esta forma, se pueden encontrar relieves y jeroglíficos asirios y anatolios como una representación de la realeza. Estos últimos se tradujeron al latín como SOL SUUS, que se podría traducir como “su majestad” o “su mismo yo, el Sol”. En el imperio hitita, Istanu, el dios del sol, la protección y los juicios, era representado por un bastón torcido, una corona y el sol alado. Este símbolo también se tenía como representación de Teshub, dios de las tormentas.
Para los hebreos, el disco solar se puede encontrar desde el siglo VIII a. C. en forma de sello real de los nobles del Reino de Judá. Este era utilizado principalmente durante el gobierno de Ezequías, cuando era acompañado por la inscripción l’melekh (que se puede traducir como “perteneciente al rey”)
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