Simbolismo sinople

El sinople, también conocido como sinople o sinoble, es como se conoce al color verde dentro de la heráldica. La heráldica es la disciplina que se encarga de estudiar los blasones, los escudos de armas. Los primeros blasones fueron elaborados durante la Edad Media, convirtiéndose progresivamente en el código por el cual se podía reconocer las familias, dinastías y personas de mayor jerarquía social. Poco después, este sistema fue adoptado para la identificación de asociaciones, gremios, villas y ciudades. Si bien algunos estudiosos han publicado escritos donde tratan de darle un significado universal a cada uno de los elementos de un blasón, lo cierto es que estos pueden ser interpretados por cada persona que los ve.

Las armerías, blasones o escudos de armas están compuestos por la conjunción de cuatro elementos, de cuatro repertorios paradigmáticos: campo, que se refiere al área del escudo y que usualmente no tiene un significado distintivo; particiones del campo, que se refiere a todas formas que dividen el escudo en pequeños espacios, como pueden ser cuadrados o líneas verticales, horizontales o diagonales; señales o muebles, que son todos aquellos objetos o signos que se introducen en cada partición; y esmaltes, que hace referencia a los colores de las distintas partes del escudo.

Los esmaltes se categorizan en colores principales, como el azur, el gules y el sinople; colores neutros, como el sable y el púrpura; colores de los metales principales, como el oro y la plata; colores infrecuentes como el aurora, el cenizo, el morado, el leonado y el sanguíneo; colores de metales menos valiosos, como el plomo, el bronco, el hierro y el cobre; y los forros, como el vero o el armiño. Según rezaba la tradición, no se podían superponer dos esmaltes o dos metales, pues no se lograría el contraste adecuado.

Dado que el matiz y el tono del sinople nunca fue determinado, los artistas heráldicos utilizaban distintos tipos de verde en la elaboración de sus blasones. No obstante, por lo general se utilizaba un verde fuerte y opaco, alejado de las tonalidades amarillentas y azuladas. Debido a que es el color característico de la naturaleza, se empleaba para pintar montañas, prados, árboles y vegetales. Cuando no se podía representar el color como tal, como era el caso de los grabados, se utilizaban líneas paralelas y oblicuas que iban desde la parte superior izquierda hasta la parte inferior derecha, tal y como muestran las imágenes:

El primer escudo de color verde del que se tiene mención aparece en el Roman de Troie, que escribió Benoît de Sainte-Maure alrededor de 1155. Pese a esto, se le menciona como vert (verde en francés). Después de esto, se sabe que durante los siglos XII y XIII fue el esmalte menos utilizado de todos. Así lo confirma el especialista en historia medieval Michel Pastoureau, quien afirma que sólo el 5% de todos los escudos de armas tenían algún elemento color sinople. Varios estudiosos han explicado esta ausencia con el poco contraste que generaba con la hierba de los campos; con lo difícil que era producirlo y fijarlo de forma satisfactoria; y con su relación con el islam y con el Diablo. Por ello la mayoría de escuderos y caballeros “verdes” son personajes malvados en los romances arturianos.

La palabra sinople proviene de las palabras latinas sinopis y sinope, que hacían alusión a un color rojo ocre que se extraía de ciertos minerales en Capadocia para luego ser transportados desde Sinope, Anatolia. Aun así, se cree que sinopis se podía traducir como “rojo” y “verde” al mismo tiempo. La relación entre ambos colores se puede explicar por la relación existente entre la tierra y el fuego, entre, según afirmaban los alquimistas, el principio ígneo del universo y la renovación primaveral, regreso de Perséfone

a la tierra. De manera que el rojo es contenido por el verde. Probablemente el vocablo vert fue reemplazado por el de Sinope debido a su semejanza con la palabra vair (veros, en español), la cual designaba un tipo de forro de los escudos de armas.

Si bien el significado del verde varía dependiendo de cada blasón, pues su valor simbólico no está fijado, se creía que este tenía un origen pastoral. Por tanto, representaba la alegría, la civilidad, la abundancia y el amor. Por esta razón, los obispos y las personas del clero llevaban —y todavía algunos siguen llevando— túnicas de color verde o cordones sinople alrededor de su sombrero. Esto se debe a que se veían a sí mismos como pastores de los fieles, de los corderos.