El cuervo es un ave del género corvus que se puede encontrar mayoritariamente en el hemisferio corte. Esta se caracteriza por elaborar sus propias herramientas para obtener sus alimentos y por tener una dieta omnívora y oportunista, pues puede comer de los cuerpos de los animales atropellados en las carreteras, de los residuos que dejan las personas en las grandes urbes o de otros animales más pequeños en las zonas más rurales. De tal forma que son pájaros muy astutos que pueden solucionar problemas con su inteligencia o manipulando y aprovechándose de otros animales, como, por ejemplo, llamando a los coyotes y a los lobos para que coman de un animal muerto recientemente. Así pueden alimentarse con mayor facilidad sin tener que abrir el cuerpo ellos mismos.
Pese a esto, dado que la imagen más extendida de este animal es la de un ave carroñera, se tiene por un animal de mal agüero, lo cual está potenciado por el color negro de su plumaje. Esta interpretación puede encontrarse desde Occidente hasta Oriente, principalmente en Japón y China. En este último país, el cuervo es un símbolo de la unión y la gratitud filial, pues alimenta a sus padres cuando es mayor. Esto es señalado por la canción de los Han. Mientras tanto, en la India su lectura sigue siendo negativa, pues se le tiene como un mensajero de la muerte, según reza el Mahabhárata
En Japón, el cuervo es, de manera similar que en China, una representación del amor familiar. Y por ello los niños cantan en la primaria una tonada infantil en la que invocan al cuervo. Por ello, contrario a la interpretación hindú, el cuervo se tenía por un mensajero divino y por un ave de buen agüero, la cual aparecía siempre que los Tchen conseguían un triunfo en el campo de batalla; aunque se trataba de un cuervo rojo que encarnaba al sol. De manera similar, en la China el cuervo es un animal solar, pues diez cuervos fueron los que trajeron la luz al mundo. No obstante, se cuenta que Yi-el Buen Arquero derribó a nueve de estos, pues el mundo estaba próximo a consumirse en llamas.
En Occidente, debido a su gran inteligencia, el cuervo simboliza la perspicacia. Y por ello es el ave que, según el Génesis, avisa a Noé que el diluvio ha terminado y que el arca está próxima a encontrar tierra firme
Por su parte, los germanos creían que los cuervos eran los compañeros del héroe Wotan; los galos lo consideraban un animal sagrado; y en Irlanda, según cuentan las narraciones artúricas, eran animales feroces capaces de despedazar a los hombres. De esta manera, luego de que los soldados de Arturo derrotaron a los cuervos de Owein, estos se abalanzaron sobre los triunfantes y los cortaron en pedazos. Dentro de la mitología escandinava, el trono de Odín está presidido por dos cuervos: Hugin, representación del espíritu; y Munnin, representación de la memoria. Dado que el trono también cuenta con la presencia de dos lobos que simbolizarían el principio de la destrucción, los cuervos simbolizarían el principio de creación.
En Norteamérica, distintas deidades de las culturas indígenas se manifestaban como un gran pájaro, como un cuervo, cuyo batir de alas producía el viento y el relámpago. De forma similar, para los mayas, según dicta el Popol Vuh, el cuervo era el mensajero del trueno. Así, esta ave es un protector espiritual y un guía, al igual que en el África subsahariana. Las culturas negras creían que su vuelo era una advertencia de males futuros. Una interpretación distinta lo ve como símbolo del aislamiento voluntario o de aquel que ha decidido encomendar su vida a la espiritualidad.
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