Simbolismo de la corona

La corona es un símbolo universal de la soberanía, la nobleza y el poder. El primer registro que se tiene de una corona metálica se encuentra en la Eneida de Virgilio, donde se narra que Apolonio, quien se decía nieta de Apolo, llevaba una sobre la cabeza durante el enfrentamiento entre Turno y Eneas. No obstante, la idea de la corona en el mundo mediterráneo proviene de la corona de laurel, utilizada para destacar a los deportistas que ganaban los juegos olímpicos y para premiar a los artistas más reconocidos —de ahí el término “laureado”—. A partir de estas primeras coronas vegetales, se desarrollaron las coronas metálicas durante la Edad Media, las cuales variaban en su diseño de acuerdo al cargo y poder que tenía una persona.

En cuando a su representación gráfica dentro de la heráldica, las coronas solían imitar las coronas reales, tanto en su composición como en sus colores. Esto se puede ver en la corona del Sacro Imperio Alemán; la corona real de Bélgica y la del Príncipe de Asturias; la corona real de Dinamarca

; la corona real de Francia y la corona del imperio napoleónico; la corona real de Italia; la corona real de los Países Bajos; la corona imperial de Polonia; la corona imperial de Portugal; etc. Esto ocurrió en la mayoría de las monarquías de Europa, extendiéndose luego por África (como Egipto y Etiopía), América (como Brasil y México), y Oceanía (como Tonga y Tahití). En la actualidad, la corona como figura sobrevive en el escudo de distintas naciones y de diferentes ciudades.

Dado que durante mucho tiempo las personas pusieron toda clase de coronas en los escudos de armas de sus familias, el rey Felipe II se vio en la obligación de emitir un real edicto en el que regulaba el uso de este símbolo

. Así, la corona heráldica quedó reducida a los blasones de los duques, los marqueses y los condes, quienes podían usar únicamente la corona que les correspondía.

Una variante de esta figura es la corona mural, también colocada muchas veces sobre el contorno o timbre. Este símbolo consta de una muralla hecha de ladrillos con varias torres, dando la idea de que es una corona. En la antigua Roma, se entregaba como distinción a los soldados que invadían las ciudades enemigas y que ponían primero el estandarte romano sobre el muro defensivo. En aquella época, esta corona estaba hecha de oro. Por esa razón, en los blasones usualmente es de color amarillo o dorado.

La corona mural es tenida dentro de la heráldica como el símbolo más representativo de la corona del Reino de Castilla, y, por tanto, de España, pues llegó a coronar el escudo de la Primera y la Segunda República Española

. En la actualidad, se mantiene en el Monasterio de las Huelgas Reales de Burgos, perteneciente a Alfonso VII. Según la heráldica española, esta corona debía usarse en los blasones de los distintos asentamientos y organizaciones, diferenciándose unos de otros por el número de torres y puertas que tenía la corona mural.