Por su dieta a base de carroña y su color negro, el buitre siempre ha estado asociado con la muerte. No obstante, por la misma razón se le ha asociado con la resurrección y la purificación, pues los despojos de los seres muertos pasan a darle fuerza a un animal vivo, el cual luego asciende hasta el cielo. Por su relación con el ciclo de la vida y de la muerte, los mayas consideraban que traía consigo la temporada lluviosa y tormentosa del año, reverdeciendo la tierra seca con vegetación. Gracias a esta última asociación, representaba también la abundancia, razón por la cual se podían ver esculturas e imágenes de este animal en las casas de distintos pueblos mesoamericanos.
Por esta relación con las estaciones climáticas y por su cercanía con el sol cuando estaba volando, distintas culturas indígenas de América tenían y tienen mitos en los cuales el buitre es el primer poseedor del fuego. Después, otra entidad se lo roba, bien sea un sapo, un niño, un guerrero o un mago. En estos mismos mitos se explica la calvicie del buitre, el cual habría quedado así después de quemarse con la llama primigenia o por la acción del sol. Mientras tanto, en el África negra la interpretación del buitre como purificador y resucitador es llevada a su máxima expresión. Así, los bambara designan al buitre del Koré como un iniciado, como un muerto en vida que conoce la sabiduría divina. Este es negro porque ha sido quemado por el fuego divino de las pruebas iniciáticas, siendo resucitado por Dios y pudiendo convertir la podredumbre del mundo en el oro filosofal de los alquimistas.
Por esta última razón, se creía que era el animal más afortunado de todos sobre la tierra, pues conocía el oro verdadero. De tal manera que se hacían equivalentes los alimentos de arriba y de abajo, la comida sana y la carroña. Dado que los rituales consagrados al buitre Koré eran realizados por mujeres parturientas, se le asociaba —como bien se decía anteriormente, aunque con otras razones— con la fertilidad y la abundancia. Esto encuentra relación con la diosa egipcia Nekhbel, patrona de los partos y cuya apariencia era de un buitre. Dado que es un animal con la capacidad de volar, pero que se alimenta de los animales terrestres en descomposición, era tenido por muchas culturas como un ser que mediaba entre lo alto y lo bajo, entre lo mundano y lo divino. Por esta razón se pensaba en el mundo grecorromano que tenía poderes adivinatorios. Por ello se leía su vuelo tratando de descifrar hechos futuros.
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