Simbolismo de la brújula

La brújula es un instrumento de navegación inventado alrededor del siglo IX por los sabios chinos. Esta utiliza una aguja imantada que siempre señala el norte magnético de la tierra, aunque su precisión puede variar por distintos factores, como campos electromagnéticos fuertes y cercanos. Desde su invención, ha sido utilizada a lo largo de la historia por los navegantes para llevar a buen término sus viajes; aunque a comienzos del siglo XX se ha ido reemplazando por otros sistemas de orientación, como la brújula giroscópica, los radares y el GPS. Por todo lo anterior, las brújulas son un símbolo de la orientación, la navegación, el viaje y la inteligencia.

Como un instrumento capaz de guiar en su camino a los perdidos —hay textos chinos que refieren su uso en medio de la noche, cuando es imposible guiarse por el sol o el paisaje—, es también un símbolo de esperanza. Con un significado semejante, muchos marineros la llevaban tatuada en alguna parte de su cuerpo, pues era una marca de su deseo por volver al hogar o por encontrar un sitio al cual pertenecer. En la misma medida, es un instrumento que representa la ayuda espiritual, la mano divina, la acción de Dios, que favorece a sus corderos descarriados para que pueden regresar o encontrar el camino correcto.

La brújula está estrechamente relacionada con la rosa de los vientos y, por tanto, con el número ocho, pues este es el número de los puntos cardinales más extendidos: norte, noroiente, oriente, suroriente, sur, suroccidente, occidente y noroccidente. Este número está relacionado con la rueda, pus la mayoría de las ruedas construidas por diferentes culturas tienen ocho radios. Así, la brújula funciona como una manifestación del todo, del universo, pues encierra todas las direcciones a las que se pueden llegar. En la actualidad, la brújula es un tatuaje muy extendido, principalmente de la Old School