Simbolismo del arca

El arca es un símbolo que remite a la navegación y al mar. Pese a esto, se le relaciona con mayor facilidad con el mito del diluvio y el arca de Noé, el cual tuvo que poner en ella dos animales de cada especie, uno macho y una hembra. De esta manera, pasada la inundación universal consiguió restaurar todos los seres vivos del planeta. De manera que el arca es un germen del nuevo ciclo, un símbolo de la restauración. Esta misma interpretación la podemos encontrar en el mito indio de Pez-Vishnú. Autores como Guénon señalan además una relación entre el arca y el arco iris, símbolo de la alianza entre dios y el ser humano. De tal manera que el arca encarna el dominio sobre las aguas terrenales y, a su vez, el dominio sobre las aguas celestiales, completando así el ciclo entre lo divino y lo terreno.

Según varios relatos hebreos, el arca estaba en lo más lejos del tabernáculo y contenía la vara de Aarón, las tablas de la ley que le entregó Dios a Moisés y un vaso con maná, del cual había bebido el pueblo elegido a lo largo de su travesía por el desierto mientras buscaban la tierra prometida. Se cuenta, demás, que esta fue transportada en una caravana hasta el palacio del rey David. El arca se inclinó por culpa de los bueyes, que se desviaron del camino. Entonces alguien quiso acomodarla por su propia cuenta, pero murió de inmediato. De dicha anécdota se puede rescatar la idea de que lo divino no puede ser tocado por el ser humano. Después de esto, el arca fue escondida por Jeremías a la espera de un nuevo ciclo.

Como construcción hecha a partir de los designios de Dios, y fabricada en parte por ángeles, el arca es un símbolo de la iglesia, la cual ya no navega contra las aguas del diluvio sino contra el pecado. De tal forma que el arca es un símbolo de la salvación, la fe y la esperanza. El relato original anota que el arca fue hecha de madera de göpher, que para los Setenta es “madera cuadrangular” y para la Biblia de Jeruzalén es “madera resinosa”, madera de acacia. Este material es símbolo de la ciencia divina e incorruptible. De manera que entrar en el arca es entrar en un lugar sagrado. Por esta razón su entrada está limitada a unos cuantos, a unos elegidos.

Además de esto, el arca de Noé también contiene otros símbolos. Esta consta de tres pisos, números que remiten a la ascensión y a la divina trinidad. Las dimensiones que le son dadas a Noé —300 codos de longitud, 50 de ancho, 30 de alto y un pico de un codo que se estrecha cada vez más— remiten a la idea de la pirámide y, por tanto, del fuego, de lo fálico

. Desplazándose sobre una superficie líquida, representación de lo femenino, el mito de Noé también nos habla de la fecundación. Por ello las especies se amontonan en parejas.