Simbolismo del águila

El águila es un ave rapaz capaz de volar a gran altura. Por esta razón, se le tiene como un símbolo del cielo y del sol. Conocida como reina de las aves, simboliza el grado más alto de las jerarquías sociales. Por esta razón, fue el símbolo utilizado por varios emperadores romanos, por distintas familias reales y por el mismo Zeus, rey y padre de los dioses que solía transformase en este pájaro. Por su proximidad con el cielo, con lo alto, era entonces un símbolo divino que irradiaba luz para distintas culturas. También era un símbolo mediador entre lo sobrenatural y lo natural, pues volaba entre el sol y la tierra, filtrando la luz solar con sus alas y proyectando su sombre en el suelo. Por esta razón, los sacerdotes indígenas de América de varios pueblos originarios llevaban coronas con plumas de águila, para tomar su poder espiritual.

En el mundo cristiano, Angelus Silesius anota que el águila es un símbolo de la contemplación y la adoración a Dios, pues esta ave mira directamente al sol sin que sus ojos sean lastimados. Por lo tanto, se le asocia con san Juan y con el evangelio que este escribió

. Incluso en algunas obras de arte medieval se le puede ver como representación de Dios, lo cual estaría emparentado con las representaciones de Zeus. Podría tratarse entonces de una influencia pagana en la iconografía cristiana más temprana. No obstante, el águila es un símbolo ambivalente que puede representar también al Anticristo, pues es un ave cruel que roba la comida a otras y que destroza a sus presas. Por esta misma crueldad, era tomada como el símbolo de la opresión y el poder del Imperio.

Dado que el águila es un depredador de la serpiente, se le tiene como un símbolo complementario de esta. De tal manera que la una representa el cielo y la otra representa la tierra. Esta pugna entre los dos animales simboliza la pugna entre los ángeles y los demonios. Dado que la serpiente es un animal temido y aun así se le enfrente, el águila también funciona como un símbolo de la valentía y la fuerza; aunque, debido a la agudeza de su visión, también representa la inteligencia. Por las dos características antes descritas, el águila es un animal iniciador en distintos relatos míticos, ayudando al héroe ya sea con su la fuerza de sus garras y pico, o con la astucia de su mente. También es el ser que posibilita el viaje de un mundo a otro en estos relatos. De hecho, en Siberia existe el mito de que los dioses enviaron un águila para ayudar a las personas con sus males, pero estos no lograron entender el mensaje que les dio. Por lo cual el ave descendió y embarazó a una mujer, quien daría a luz al primer chamán, capaz de descifrar los designios de las deidades.

En el mundo grecorromano, se creía que ver un águila volando hacia a la derecha era un buen augurio, mientras que si volaba a la izquierda era una señal de lo nefasto, de una tragedia inminente.

También, dada su relación con Zeuz y con el poder, representaba la figura del padre y del orden. En este orden de ideas, los aztecas la tenían como el primer ancestro del linaje de los caballeros-águila, en contraposición al linaje de los caballeros-jaguar. Para los alquimistas, era un ave que se rejuvenecía al entrar en el agua luego de pasear cerca al sol, razón por la cual los ritos iniciáticos de estos implicaban el fuego y el agua. En la Biblia se menciona además que los ángeles tenían cara de águila. Esto implica un orden ascendente del cielo en el que Dios es el sol y los ángeles son águilas.