Mito de Sucellus

Sucellus o Sucellos, Dios de la agricultura, los bosques y la medicina tradicional, es considerado uno de los dioses más importantes de la mitología celta, puesto que es el encargado de mantener los suelos fértiles y la protección de las cosechas. Esta deidad está profundamente ligada a las actividades agrícolas y el desarrollo apropiado de las cosechas, las cuales protege al sacudir al mundo con su distintivo martillo. Sucellus suele ser presentado como un hombre de mediana edad acuerpado, fuerte y barbudo, el cual en sus manos lleva un martillo de mango largo, en algunas ocasiones carga un barril de cerveza, bebida con la cual ha sido asociado.

Según los relatos sobre esta deidad, el martillo que porta es usado para golpear la tierra, de manera que cada semilla plantada puede crecer en la primavera, también se menciona que esta herramienta puede ser usada para castigar a los hombres, con un solo golpe puede causar heladas, las cuales destruirían completamente las cosechas. A esta deidad se le atribuye la creación de truenos y tormentas

, las cuales provoca al golpear la cúpula celestial; esta función le acerca a la deidad nórdica, Thor, Dios del trueno, poseedor de un pesado martillo mágico, el cual usa como arma. También se atribuyen a este la creación de los pueblos Boyos y Arvernos, los cuales vivieron en la Europa central y occidental, respectivamente. Sucellus y su esposa Nantosuelta, han sido asociados con la prosperidad y el ámbito doméstico, pues al cumplir con su labor como encargado de las cosechas trae abundancia al hogar. Sucellus, es una de las deidades más respetadas y temidas por los druidas, conjunto de sacerdotes, sacerdotisas y poetas que se encargaban de las invocaciones y rituales, asimismo, eran asesores o consejeros de las personas de los pueblos. Estos temían que la deidad no cumpliera con su labor, provocando de esa manera la pérdida del equilibrio en el mundo y la infertilidad de los suelos.