Sleipnir

Sleipnir, mitología nórdica

Dentro de la mitología nórdica, Sleipnir, también conocido como Sleipner, era el caballo gris de ocho patas que cabalgaba Odín, el rey de los dioses. Según se cuenta, los dioses vivían en Asgard preocupados de que un día los pudieran invadir fácilmente, pues no tenían una muralla que protegiera su reino. En eso llegó un jinete, montado encima del semental Svadilfari, quien les dijo a los dioses que él podía fácilmente construirles la muralla que necesitaban. No obstante, al ser interrogado por el precio de esta construcción, respondió que quería a cambio a la diosa Freya y al sol y a la Luna. Todos los dioses se negaron a acceder a dicha petición, pero Loki aceptó el trato si hacía la muralla en menos de seis meses. Cuando fue confrontado por los dioses, este les respondió que sería imposible hacer ese trabajo en dicho tiempo, por lo que tendrían parte de la muralla totalmente gratis.

Cuando el jinete comenzó a trabajar, los dioses se dieron cuenta de que era muy rápido haciendo su labor y de que en menos de seis meses lograría cumplir con lo pactado. Freya se estremeció al saber que caería en manos de un albañil, así que Odín le dijo a Loki que la salvara del problema en el que la había metido

. Sabiendo que el albañil era rápido debido al caballo, Loki, que tenía el poder de transformarse en lo que quisiera, se convirtió en una hermosa yegua y sedujo a Svadilfari, llevándoselo lejos. El albañil enfureció porque no podía terminar a tiempo y reveló su verdadera forma, mostrándose como el gigante que era. Thor, al ver que era un enemigo de los dioses, salió a su encuentro y le pegó un martillazo en la cabeza. Luego de esto, Loki volvió en la forma de una yegua embarazada y, al tiempo, dio a luz a Sleipnir, un caballo gris de ocho patas. Este se lo regaló a Odín, asegurándole que ningún caballo sería tan rápido como ese .