Mito del Origen de los Muiscas

En el mundo solo existía Bague, la Madre Abuela. Entonces Bague gritó, y aparecieron los dioses, la luz, las plantas, los animales y los muiscas. Luego los dioses llenaron una olla con semillas y piedras, y sembraron luceros en el espacio. Las migajas que quedaron fueron lanzadas muy lejos, y se originaron las estrellas. Sin embargo, nada se movía, ni crecía, ni sonaba; todo estaba quieto. Entonces los dioses fueron a visitar a Bague, y le contaron su situación. La Madre Abuela preparó una bebida que los dioses tomaron hasta quedar dormidos. Comenzaron a soñar y a tener visiones, y en sus sueños todo se movía, todo sonaba, y todo crecía. Y cuando despertaron todo era real.

Llegada la noche, estaba la luz metida en una cosa grande, llamada Chiminigagua, de donde después salió. Chiminigagua salió para crear el amanecer. Lo primero que creó fueron unas aves negras y grandes, a las cuales mandó que tuviesen ser y fuesen por todo el mundo echando aliento o aire por los picos. Y luego al recorrer el mundo, quedó todo claro e iluminado. Luego creó Chiminigagua todas las otras cosas que hay en el mundo, por ejemplo, el Sol y su esposa, la Luna.

Según las creencias muiscas, el mundo: Quyca, está conformado así:

Quyca: El mundo propiamente dicho.

Guatquyca: El mundo de arriba, donde habitan Sua (dios del Sol) y Chie (diosa de la Luna), y otras deidades.

Tynaquyca: El mundo de abajo, donde habitan los difuntos. Ellos habitan en las entrañas de la tierra, iluminados por un nuevo Sol.