O-Wata-Tsu-Mi (綿津見) también conocido como Watatsumi o Ryūjin es la deidad del Mar en la mitología japonesa. Este Dios fue creado en el momento en que Izanagi, lavó su cuerpo en el mar después de haber escapado del inframundo. Tras ser creado tomó la forma de un dragón serpiente de color verde, el cual vive en un gran palacio en el fondo del mar, desde ahí gobierna a todas las criaturas que habitan el mar, asimismo, como deidad tutelar del mar tiene el poder de controlar las mareas; en algunos relatos se le presenta como un Dios amable, que puede tornarse iracundo cuando sus designios no son cumplidos, en esas ocasiones el Dios suele castigar fuertemente al objeto de su ira.
Este poderoso Dios (Kami) nació cuando Izanagi, Dios de la creación lavó su cuerpo en el mar después de escapar del inframundo o la tierra de la oscuridad. Al nacer adoptó la forma de un gran dragón serpiente de color verde, forma que puede cambiar por la de humano, luciendo como un hombre mayor con agallas. Esta deidad vive en un gran palacio (Ryūgū-jō), construido con corales rojos y blancos,
Como deidad nacida en el mar O-Wata-Tsu-Mi, se convirtió en la deidad tutelar del mar, controlando toda la extensión de este. Gobierna a todas las criaturas que lo habitan, incluso al humano si este está sumergido en el mar, asimismo, controla los mares bajos, altos y superiores, así como los movimientos de las mareas. Bajo su poder tiene a las joyas de los mares, objetos que le permiten controlar la subida y bajada de las aguas. Como deidad suele comunicarse con los humanos de dos maneras, en ciertos casos envía mensajes a través de un monstruo marino llamado Wani y en otros se comunica por medio cambios bruscos en los movimientos de la marea. En algunos relatos se cuenta que O-Wata-Tsu-Mi era el protector de los marineros que viajaban con buenas intenciones. Durante el periodo de la piratería O-Wata-Tsu-Mi veló por ciertos marineros, evitando que estos encontraran la muerte a manos de bandidos.
O-Wata-Tsu-Mi es el padre de la poderosa Diosa Otohime, princesa del océano, quien se enamoró del príncipe Hoori, el cual años más tarde se convirtió en el primer emperador japonés. Según los relatos Otohime se estableció en la tierra junto a su amado y en esta creó un poderoso clan destinado a gobernar el territorio japonés. El O-Wata-Tsu-Mi ha sido ligado con la Emperatriz Jingū (196 d.C- 209 d.C), consorte del Emperador Chūai; según la leyenda la poderosa mujer tenía bajo su poder las joyas mágicas del Dios, las cuales uso en el momento en que la armada coreana quería atacar el territorio japonés. Cuando estos se acercaban la Emperatriz Jingū lanzó la gema Kanju, (gema de la marea baja), provocando que los barcos quedaran encallados, al notar que no podían continuar con el viaje los hombres salieron de la embarcación y comenzaron a caminar, justo en ese momento lanzó la gema Jingu (gema de la marea alta), ocasionando que la marea subiera y los hombres perecieran ahogados. En la actualidad se sigue rindiéndose culto a O-Wata-Tsu-Mi en diferentes templos de Japón, en estos se realizan cantos y se ofrecen ofrendas como corales blancos y rojos para que este adorne su palacio.
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