Mito de Nudo gordiano

Según se cuenta, los frigios se encontraban debatiendo acerca de quién debería ascender al trono, para lo cual consultaron al oráculo. Este les dijo que el próximo que entrara en la ciudad sobre una carreta y un cuervo al hombro debería ser nombrado rey. Y resultó que Gordias, padre de Midas, quien era un campesino muy humilde, fue entrando a Frigia tal y como lo había pronosticado el oráculo. En agradecimiento, este ofreció a Zeus su carreta, su lanza y su yugo, amarrándolas con un nudo imposible de desatar, conocido como nudo gordiano. Se creó entonces la leyenda de que aquel que pudiera desatarlo, gobernaría sobre toda Asia. Años después, Alejandro Magno conquistó Frigia y los habitantes lo retaron a desatar el nudo. Este, sin embargo, lo cortó con su espada, diciendo que era lo mismo cortarlo que desatarlo.

Esa misma noche, el cielo se tornó tempestuoso y se escucharon múltiples truenos, lo que fue interpretado como que Zeus estaba de acuerdo con Alejandro. Esta anécdota luego fue recogida por Fernando el Católico con su frase “tanto monta cortar como desatar”, haciendo alusión a que da igual la forma en que se resuelva un conflicto, siempre y cuando se resuelva. Algo similar ocurre con la frase atribuida a Maquiavelo de “el fin justifica los medios”. Es por ello que actualmente se entiende por nudo gordiano a los problemas imposibles de resolver, salvo por soluciones creativas.