Adad

Dentro de la mitología acadia, Adad es el dios de las tormentas y las lluvias, suele ser relacionado con las comunidades granjeras de la antigua Mesopotamia y los cultivos. Está emparentado con el dios asirio, Hadad, quien tiene origen y nombre similar al dios acadio. Al igual que otras deidades de Mesopotamia, Adad es conocido por diferentes nombres, entre estos sobresale Ishkur, nombre por el que es conocido en Sumeria.

Esta deidad de la lluvia es el hijo del dios de las constelaciones Anu

o An y la diosa de la tierra Ki o Anunitu, quien suele ser confundida con la diosa madre Ninhursag o Damkina. En algunos textos antiguos figura como el hermano gemelo de Enki, quien le habría puesto a cargo del cielo y los vientos. Su esposa era la diosa de los granos y la fertilidad, Šala; juntos tuvieron a Gibil o Girra, dios del fuego, responsable de la quema de los campos. Esta deidad y su esposa, Šala, eran venerados por sus poderes sobre el cultivo.

Apariencia de Adad

Adad suele ser representado como un hombre con cuernos de toro y cabello largo, en sus manos llevaba un hacha y una lanza, las cuales representaban las lluvias y los truenos, respectivamente. En algunas ilustraciones es representado como un toro o león, cuyo rugido era como un trueno.

Culto

Se le rindió culto en el templo E.nam.khe, durante el reinado de Tiglatpileser I

(1114 a. C.-1076 a. C.). En honor a éste fue erigido un segundo santuario junto al de su padre, Anu, lo cual suscitó dudas en los devotos de ambos dioses, ya que no sabían a qué templo dirigirse. Hacia finales del siglo XVIII a.C, Hammurabi construyó un trono en honor a esta deidad.