Las sirenas

Las sirenas (mitología griega) eran seres similares a las ninfas, habitaban el mar, especialmente en la zona de Sicilia. Realmente en un principio se difundió la creencia que su cuerpo era de ave con rostro de mujer, aunque posteriormente se tomaron como seres con cola de pez. Su voz era muy armoniosa y por ello cuando cantaban atraían a todos los seres. También por sus voces más de un barco de marineros naufragaba y morían ahogados en las aguas mientras sus voces los atrapaban.

Ulises, fue un ser que logró soportar el canto de las sirenas. Mientras volvía a su hogar tras culminar la guerra de Troya pasó por los dominios de estos seres. Si un hombre las escuchará y no se sintiera atraído alguna sirena debía morir. Previendo la situación, Ulises, por consejo de Circe se tapó los oídos con cera para no escuchar el canto de las sirenas. Mientras esta operación se llevaba a cabo, Ulises se ató al mástil del barco con los oídos descubiertos, sin cera alguna. Les ordenó que no le desataran del mástil, por mucho que él suplicara.

Cuando pasaron cerca de las sirenas ninguno de los marineros sufrió daño alguno. Sin embargo, Ulises, hechizado por la bella música, suplicó e imploró que le soltaran, pero los marineros le hicieron caso omiso. Ante el rechazo sufrido, la sirena Parténope, fue lanzada al mar. Su cuerpo fue arrastrado hasta la costa, donde fue enterrada con grandes honores, construyéndose también un pequeño templo y allí se fundó un pueblo, Parténope, posteriormente llamado Nápoles.