Las puertas del Tártaro

Las puertas del Tártaro, mitología griega

Dentro de la mitología griega, las puertas del Tártaro, también conocidas como puertas de la muerte, eran las puertas que cruzaban las almas o las sombras de los muertos para llegar al Hades. Estas eran utilizadas por Tánatos, dios de la muerte, para entrar y salir libremente del inframundo. No obstante, las almas de los muertos no tenían esta libertad. Las puertas estaban vigiladas por Cerbero, el perro de Hades que tenía tres cabezas y una serpiente en lugar de cola. Este permitía que las almas entraran, luego de cruzar el río estigio en la barca de Caronte, pero les impedía salir. Asimismo, impedía que las personas vivas ingresaran al Hades. No obstante, pese a su fuerza y su agresividad, Cerbero fue derrotado en varias ocasiones. De esta forma, Orfeo consiguió dormirlo por medio de su música; Hermes y luego Psique también consiguieron dormirlo con el agua del río Lete; Eneas, asimismo, logró que se durmiera al darle tortas de miel con un somnífero; pero, de todas las historias, la de Heracles es la más conocida.

Según algunas versiones, Heracles se inició en los misterios eleusinos y aprendió a entrar y a salir con vida del Hades. Así, con la ayuda de Hermes, logró cruzar el río Estigia en la barca de Caronte sin pagarle. Luego de liberar a Teseo, aunque no pudo liberar a Pirítoo, le pidió permiso a Hades para llevarse a Cerber y este accedió si prometía no hacerle daño. En otras versiones, Heracles le dispara una flecha envenenada a Hades y luego se enfrenta a Cerbero, derrotándolo y arrastrándolo fuera del inframundo. En una última versión, Heracles logra capturar a Cerbero luego de tratarlo con amabilidad. Así, el perro se extraña de que alguien lo trate así y sigue al héroe por su propia voluntad.