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Las Hespérides

Las Hespérides, mitología griega

Dentro de la mitología griega, las Hespérides, también conocidas como Atlantides, eran tres ninfas del atardecer, hijas de Atlas y Hesperis. Estas eran las mélides encargadas de cuidar un hermoso jardín que florecía en unos de los rincones más lejanos de occidente, próximo a la cordillera de Atlas (Norte de África). El jardín que cuidaban era característico porque en él crecían manzanos dorados, los cuales habían sido regalados por parte de Gaia a Hera con motivo de su matrimonio con Zeus. Así, las tres ninfas tenían por misión cuidar de los frutos dorados, aunque, dado que los dioses no confiaban del todo en ellas, también pusieron en el lugar a un dragón inmortal de cien cabezas, Ladón.

Un día, Heracles llegó al jardín de las Hespérides para cumplir una de las misiones encomendadas por Euristeo. Aquí se encontró con Atlas, quien sostenía el cielo. Dado que este era padre de las hespérides, podía tomar fácilmente las manzanas. Así que Heracles le propuso que recogiera las manzanas por él y, en cambio, sostendría el cielo hasta su regreso. Atlas accedió y regresó con los frutos dorados tal y como había pactado, pero se negó a retomar el cielo. Entonces Heracles lo convenció de que lo tomara sólo por un momento mientras se acomodaba la capa. Atlas cayó en el engaño y tomó de nuevo su lugar, al tiempo que el hijo de Zeus se iba con las manzanas en la mano

. No obstante, en otras versiones es el mismo Heracles quien toma los frutos luego de matar a Lado. También se cree que uno de estos frutos sería la manzana de la discordia, que desencadenaría la Guerra de Troya.

Luego de que Heracles partiera, dejando tras de sí una fuente en el lago Tritón que creó al golpear una roca; llegaron los Argonautas al jardín. Estos venían con sed, pero no encontraron agua en ningún lugar. Así que, al ver a las Hespérides, les suplicaron por algo de agua. Estas les señalaron entonces la fuente que había dejado Heracles. Y una vez todos calmaron su sed, Jasón exclamó que agradecía al hijo de Zeus, Heracles, pues aun cuando estaba muy lejos de ellos, los había ayudado en medio de su travesía. Luego de ello, los Argonautas siguieron con su viaje en busca del vellocino de oro.

Daniel Collazos

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