Mito de La creación según la mitología japonesa

La creación según la mitología japonesa fue llevada a cabo por los dioses nacidos de las siete generaciones divinas, llamados Izanami e Izanagi. A estos dos les fue encargado por los dioses supremos el establecimiento del orden y la creación de la tierra, lugar que por ese entonces estaba sumido en el silencio; para llevar a cabo esta labor Izanagi e Izanami usaron la Ame-no-nuboko, gran lanza celestial adornada con joyas. Como pareja Izanagi e Izanami, crearon el conjunto de islas que hoy se conoce como Japón y dieron vida a numerosas deidades, las cuales se encargaron de mantener el orden en la tierra cuando Izanagi, comenzó su descanso divino.

Mito de la creación

En el comienzo el cielo y la tierra no se distinguían una de otra, en ese entonces solo reinaba el silencio, posteriormente surgió un raro sonido, provocado por el movimiento de las partículas de la masa primigenia que era la tierra; poco a poco las partículas ligeras y la luz comenzaron a elevarse, mientras que otras quedaban estancadas en el camino y algunas no eran capaces de alzarse. Al elevarse la luz, comenzó a formarse el cielo y el Sol, más tarde las partículas estancadas dieron forma a las nubes y las que no lograron alzarse se unieron en una masa fangosa y oscura.

En ese momento las partículas dejaron de tomar forma y el proceso quedó estancado.

Por ese entonces los dioses de las Siete generaciones divinas que habitaban en el Takamagahara, reino de las nubes decidieron hacer algo con la masa que se movía debajo de estos. Ordenaron a las deidades más jóvenes Izanagi e Izanami, el establecimiento del orden en aquella parte del universo

; para llevar a cabo esta tarea los dioses supremos entregaron a las deidades la lanza llamada Ame-no-nuboko. En el momento que estos tomaron la lanza un poco del barro que esta tenia cayó en la tierra, creando así la isla de Onogoro. En esta construyeron su palacio, donde se establecieron y llevaron a cabo su matrimonio, este rito inventado por los dioses comenzó con las palabras de Izanami, acto que Izanagi no creyó correcto. Posteriormente consumaron su unión e Izanami, tuvo a sus primeros hijos, Hiruko y Awashima, pero estos nacieron deformes, por lo cual no fueron considerados deidades. Tras su nacimiento, Izanami e Izanagi, dejaron a los recién nacidos en un bote en dirección al mar; en ese mismo momento preguntaron a los dioses supremos que habían hecho mal, a lo que estos respondieron, comentando que la deidad masculina debía hablar primero.

En base a lo comentado por los dioses Izanami e Izanagi, repitieron el rito del matrimonio, esta vez habló primero Izanagi; después de esto consumaron nuevamente su unión, de la cual nacieron las ōyashima, conjunto de ocho grandes islas que conforman Japón, primero surgió Awaji, después Iyo, (actual Shikoku), Ogi, Tsukushi (actual Kyushu), Iki, Tsushima, Sado y Yamato (actual Honshū). Posteriormente Izanagi e Izanami dieron a luz a numerosas deidades, las cuales se encargaron de la protección del archipiélago, asimismo, estos más tarde dieron vida a los antepasados de los habitantes del país.