Mito de Inugami

Inugami (いぬがみ) Deidad y espíritu animal tipo yokai, el cual surge la realización de un ritual basado en la Hechicería Kojyutsu, la cual fue prohibida en el periodo Heian (794 – 1185). Tras la realización del ritual el Inugami se convierte en familiar del amo (Inugami-mochi), quien suele usarlo para la protección de la familia o como herramienta para la consecución de venganza; este espíritu normalmente moraba en un pequeño espacio reservado para el en la casa del propietario, quien generalmente era una persona rica o con gran influencia en la ciudad o pueblo donde residía. Este espíritu puede tomar la forma de un perro común, el cual pasa desapercibido, sin embargo, su verdadera forma es la de un gran perro esquelético con una herida en el cuello, producida durante el ritual, en las ilustraciones su cabeza suele ser pintada de color negro, contrastando con el color blanco del cuerpo.

Origen

No se conoce exactamente en qué periodo se comenzó a practicar el ritual que daba vida al espíritu, sin embargo, es conocido que estas prácticas fueron llevadas a cabo por largo tiempo en ciudades y pueblos del oeste de Japón; debido al cambio de mentalidad la practica fue prohibida, así como el uso de espíritus animales en el periodo Heian. Según la leyenda los Inugamis eran creados de la siguiente manera: primero debía cortarse la cabeza de un perro hambriento, el cual por lo general había sido enterrado hasta el cuello y se  le dejaba tazón con comida en un lugar donde pudiera verlo, pero no tocarlo; durante los días en los que el perro pasara hambre el amo debía decirle que su dolor (el del amo) era más profundo que el suyo (el del perro), lo que causaría estrés e ira en el agonizante animal,

posteriormente en el momento más angustiante el amo debe cortar la cabeza del perro. Una vez cortada la cabeza, el propietario debe enterrarla una encrucijada donde pasen muchas personas, lo cual despertara la ira del animal convirtiéndolo en un onryō, espíritu maléfico.  Posteriormente se seca la cabeza o la hornea y la coloca sobre un tazón, el cual debe estar ubicado en el lugar reservado para el espíritu.

Después de este proceso el espíritu seguirá al pie de la letra las órdenes del amo, pero si este le maltrata o es injusto, el espíritu puede revelarse en su contra. Según algunos relatos se cuenta que una anciana en búsqueda de venganza enterró a su perro, dejando fuera su cabeza, acto seguido cortó la cabeza del animal con una sierra diciéndole: Si tienes alma, has mi voluntad y te adoraré como a un Dios. El perro se convirtió en Inugami, cobro venganza por la anciana y posteriormente la asesinó.

El inuagami, al igual que otros familiares se encarga de la protección de una familia, tras la muerte del amo, este pasa a su descendiente y así de generación en generación. Como espíritu tiene la facilidad de poseer humanos emocionalmente débiles, entra por su oído y la única forma de expulsarlo es con la ayuda de un hechicero, en algunos casos el poseído por un Inugami, puede perecer, en estos casos el cuerpo del humano o animal suele tener múltiples mordidas del animal alrededor de su cuerpo. Se dice que la persona que logra salvarse no queda mentalmente bien. Existe evidencia del culto a este en toda la región del oeste de Japón y Okinawa

; gracias a la adoración a este fueron trasmitidas de generación en generación la forma de crearlos, algunas grandes familias llegaron a ser conocidas como inugami-mochi (propietarias de inugamis); durante ese periodo y en los años posteriores esta práctica fue mal vista, si uno de estos propietarios era hallado culpable de una maldición era forzado a vivir en el exilio, al igual que sus descendientes. En la actualidad una persona que esté cerca a casarse verifica que su pareja no sea descendiente de un inugami-mochi, dado que aún sigue siendo visto de manera negativa.