El mito de Némesis

El mito de Némesis (mitología griega) 

Némesis. Hija de Nix (diosa noche) personifica la venganza divina, ella se encarga de castigar a quienes caen en la desmesura, uno de las grandes faltas para los griegos. Así que, castiga a el exceso de felicidad, el orgullo, la soberbia, y por supuesto el desafío a los dioses. La cosmovisión griega siempre buscó el equilibrio; era lo más importante. Cuando éste se rompía, se ponía en peligro el orden de las cosas, por lo que era necesario el castigo para mantener al mundo tal y como es.

Némesis llevó a una peligrosa expedición a Creso (hombre demasiado feliz y demasiado rico) su tarea es vencer a Ciro. Esta acción termina por ser la ruina de Creso. Cuando los persas dieron por sentada la victoria sobre Atenas, Némesis los castigo por su desmesura. Para conquistarla el famoso escultor Fidias hizo una estatua de Némesis, que sirvió de motivación para los atenienses en Maratón, donde obtuvieron una contundente victoria.

Némesis tuvo algunos amoríos involuntarios con Zeus. Se dice que ella no lo deseaba, por lo que cambió de forma mil veces para evitar el abrazo del dios, hasta que al final se convirtió en una horca. En ese momento, Zeus

se convierte en cisne y la hace suya. Por esta unión, Némesis puso un huevo. Unos pastores lo recogieron y se lo entregaron a Leda. Allí nacieron Dioscuros y la bella Helena, por ella denotó la Guerra de Troya.