El mito de Artemisa (mitología griega)

El mito de Artemisa. Diosa de la caza, los bosques y los animales y protectora de la virginidad. Se dice que nació fruto de la pasión de Leto y Zeus. Pero otras versiones indican que es la hija de Démeter (diosa de la fertilidad). Apolo y Artemisa poseían grandes habilidades para cazar, una de sus aventuras más recordadas fue cuando mataron a un dragón en defensa propia. También asesinaron a los catorce hijos de la reina Níobe, como castigo por su gran orgullo y el insulto a los dioses del Olimpo. Famoso es también el hecho de que para salvar a su madre mataron al gigante Ticio que trataba de violarla.

Artemisa se mantuvo eternamente virgen y joven, por lo que siempre llamó la atención de los dioses. Su único placer era la caza, y debido a esto se le presenta con un arco, sus víctimas iban desde veloces ciervos hasta humanos caídos en desgracia. Uno de sus castigos clásicos, es envi ar la muerte a las mujeres que van a dar a luz. Las muertes repentinas e indoloras son también de su cosecha. Es muy propicia a la cólera y su personalidad es muy vengativa.

Es una diosa muy valiente, por ello se enfrentó contra los Gigantes, uno de ellos fue Gratión. De igual forma, venció en combate a los monstruos Alóadas; en Arcadia, a Búfago; a Orión, el cazador gigante. Otra de sus víctimas importantes fue Calisto, a la que mató por orden de Hera (esposa de Zeus).

Su figura fue objeto de cultos que incluían el sacrificio humano, como el de Táuride. Artemisa era la protectora de las amazonas, quienes eran cazadoras y guerreras como ella y estaban libres del yugo masculino. Su culto se expandió por Arcadia, el territorio espartano, el monte Taigeto, Élide y Laconia. Su mayor templo se edificó en Éfeso, donde la cazadora había asimilado a la diosa de la fecundidad asiática.