Cíclopes

Cíclopes, mitología griega

Dentro de la mitología griega, los cíclopes eran una raza de gigantes que sólo poseían un ojo en sus caras. Estos eran hijos de Urano, personificación del cielo, y Gea, personificación de la Tierra, y eran hermanos, por lo tanto, de los Titanes. Los hijos de estas deidades pertenecían a la primera generación, pues hay una segunda que procede de Poseidón. Según se cuenta, los primeros Cícliopes que existieron fueron Brontes, Estéropes y Arges, quienes tenían por oficio la construcción, la herrería y la artesanía. Dentro de la Teogonía de Hesíodo, Urano había encerrado a estos seres en lo profundo del Tártaro porque los consideraba peligrosos. No obstante, estos son liberados por el titán Cronos en su lucha contra su padre y luego son aprisionados de nuevo por este nuevo gobernante de los dioses. Cuando Zeus busca enfrentarse a Cronos, son estos quienes le otorgan el poder del rayo luego de que los liberara del Tártaro. Para ayudar a los olímpicos a vencer a Cronos y a los otros titanes, también le otorgan el tridente a Poseidón y el casco de la invisibilidad a Hades. Estos tres tendrían por hijos a Euríalo, Traquio, Elatreo y Halimedes.

La segunda generación nace de Poseidón. Estos cíclopes vivían organizados en una pequeña comunidad dentro de una isla remota, muchas veces identificada como la isla de Hesperia. Pese a que algunos autores señalan que se originaron luego de que las gotas de sangre de Urano, al ser castrado, cayeron sobre la Tierra (Gea), el cíclope más conocido de esta generación, Polifemo, era hijo de Poseidón y la ninfa Toosa. Otro cíclope reconocido de esta generación es el vidente Telemo, quien había profetizado que Polifemo quedaría ciego luego de ser atacado por un hombre, Odiseo. Luego de la Edad Oscura, los helenos descubrieron las estructuras ciclópeas, enormes construcciones realizadas con grandes piedras, y consideraron que estas sólo podían haber sido realizadas por los cíclopes.