Mito de Calisto

Dentro de la mitología griega, Calisto fue una ninfa o una mortal que pertenecía al cortejo de Artemisa, diosa de la caza. Por esta razón, mantenía un voto de castidad. No obstante, Zeus se enamoró de ella, y para poder estar con ella, se transformó en Artemisa, yaciendo así con ella. En otras versiones, se transforma en el dios Apolo

. Sea como fuere, Calisto quedó embarazada. Temeroso de que Hera pudiera darse cuenta, Zeus transformó a Calisto en una osa; pero Hera terminó dándose cuenta de todas maneras. Así que le pidió a Artemisa que le disparara una flecha. Mientras en algunas versiones le dispara efectivamente, en otras la sorprende mientras se abaña en un estanque. Aquí le pregunta por su barriga, y Calisto le responde que es culpa suya. Ofendida por la respuesta insolente, Artemisa entonces la expulsa de su cortejo o la asesina. Aun así, luego de su muerte, Zeus pone a salvo al bebé, Arcas, y se lo encomienda a Maya; mientras que a Calisto la lleva hasta al cielo y la inmortaliza en la constelación de la Osa Mayor. Los griegos explicaban que Tetis, niñera de Hera, no quería que Calisto tocara el mar; y es por ello por lo que esta constelación es circumpolar.