Bran Mac Llyr

Bran Mac Llyr es uno de los dioses de la muerte celta perteneciente a los fomoireos, deidades de la muerte que habitaron Irlanda por varios siglos, hasta la llegada de los Tuatha de Danann. Sus padres eran Llyr y Iwerydd; y su hermano era el Dios Manawydan o Mananann Mac Llyr, deidad que ha sido asociada con Dios acuático irlandés Manannan. En el pasado se le considero un Dios acuático, encargado de las mareas y las tempestades. Según los relatos esta deidad de la muerte era de gran tamaño, lo cual le permitía atravesar grandes distancias caminando. De esa manera llegó a Irlanda, en el momento que los fomoireos o fomorianos estaban enfrentando al grupo de dioses de los Tuatha de Danann.

Esta poderosa deidad era el rey de las regiones infernales y como tal estuvo al mando de los enfrentamientos contra los Tuatha de Danann, quienes por ese entonces no solo intentaban invadir Irlanda sino también robar las posesiones mágicas del Dios de la muerte. Durante los enfrentamientos su cuerpo servía como puente, el cual conectaba las orillas de cualquier río, no importa lo grande que este fuera, asimismo, su cuerpo soportaba el paso de su ejército de guerreros. Esta deidad siempre portaba consigo un caldero mágico con el que resucitaba a los guerreros caídos.

En el trascurso de las batallas contra los Tuatha de Danann, Bran Mac Llyr fue herido con una flecha envenenada

, al no soportar los dolores pidió que le decapitaran para acabar con su sufrimiento, pero olvido mencionar que colocaran su cuerpo y cabeza en su caldero mágico para así poder resucitar. Debido al error su cuerpo quedó separado y el Dios siguió con vida; su cabeza continuó hablando por alrededor de ochenta y siete años, momento en el que fue enterrada en una colina de Londres, mirando hacia el sur. Según los relatos esta tumba protegería el territorio ingles de cualquier invasor, pero esta protección solo duró hasta que el rey Arturo la desenterró, provocando así la ola de invasores que llegaron a Britania durante ese periodo. Esta deidad también fue considerada el protector de los bardos y músicos, ámbito con el que se le relacionó porque el mismo era un excelente arpista.