Bóreas

Bóreas, mitología griega

Dentro de la mitología griega, Bóreas era el dios que personificaba al viento frío del norte durante los inviernos. Por lo general se le representaban como un anciano con alas, de barba y pelo desgreñado, que llevaba una túnica hecha de nubes y una caracola. En la mitología romana, su equivalente era el dios Aquilón. Al igual que los otros dioses de los vientos (Noto, Céfiro y Euro), Bóreas era hijo de Eos, diosa de la aurora, y Astreo, divinidad astrológica. Por lo general, se relacionaba a este dios con los caballos. Así, se decía que, luego de convertirse en semental y yacer con las yeguas del rey de los dárdanos, Erictonio, había engendrado a doce potros ultraveloces, capaces de correr sobre una plantación de trigo sin pisar las espigas. Algunos autores señalan, además, que Bóreas vivía en un lugar al norte de Tracia llamado Hiperbórea, donde las personas podían vivir hasta edades muy avanzadas.

Uno de los relatos más famosos que implica a Bóreas es el del rapto de Oritía, princesa de Atenas. Según se cuenta, el dios se había enamorado de ella y trató de seducirla, pero esta lo rechazó. Obstinado de todas formas, Bóreas esperó hasta que la mujer fue a bailar junto al río Iliso y se la llevó sobre una nube hasta Tracia, donde ambos tuvieron por hijos a los boréadas Zetes, Calais, Cleopatra y Quíone

. De esta forma, Bóreas era para los atenienses un pariente político también, más allá de su papel como divinidad. Ello explicaba el porqué los había ayudado contra los persas comandados por Jerjes. En aquella ocasión, un fuerte viento logró hundir 400 barcos enemigos. Esto se repitió varios años después, por lo que los atenienses levantaron un altar en su honor al lado del río Iliso.