Basilisco

Basilisco, mitología griega

Dentro de la mitología griega, el basilisco era una criatura fantástica que tenía el aspecto de una enorme serpiente con una cresta como la de una gallina. En muchas representaciones, se le muestra como un híbrido entre una gallina y una serpiente, con garras y alas. Según se cuenta, este monstruo nació luego de que un sapo empollara el huevo de una gallina o luego de que una serpiente o sapo empollara el huevo de una gallina

. A pesar de que su tamaño y su región de origen varía según las versiones, Plinio el Viejo afirma que esta criatura era propia de Cirene y su tamaño no era superior a los 20 dedos; y esta sólo podía ser alejada con el canto de un gallo o con una comadreja, la cual moriría también luego de asesinarla. Isidoro de Sevilla señaló que este animal era el rey de las serpientes y que mataba a sus presas con su mirada. Alexander Neckam, por su parte, creía que este monstruo mataba era con su aliento venenoso, que contaminaba el aire. Esta criatura, que nació en la mitología de las culturas mediterráneas más antiguas, fue transportada a múltiples regiones y permaneció en el imaginario de los europeos durante varios siglos. Así, pueden encontrarse debates sobre su existencia y sobre la forma en la que mataba a sus presas, si era con el aliento o con la mirada, hasta entrado el siglo XVIII .