Amón-Ra (mitología egipcia)

primero fue el dios del viento hasta que se vinculó con Ra (dios del sol), convirtiéndose entonces en Amón-Ra, la máxima deidad de la mitología egipcia. Recibe también el nombre de dios oculto, Amón-Ra puede estar en todos lados, sin ser visto, pero si lo pueden sentir. Fue un dios bondadoso que atendió las necesidades de su pueblo.

Se representó como un hombre con una corona grande de ramas ligeramente separadas, sinónimo de conciencia y sabiduría, cada una de sus ramas posee siete hojas, estas representan cada uno de los niveles de la conciencia que se experimentan desde la encarnación hasta que el cuerpo se libera de las limitaciones materiales, alcanzando el mayor grado de iluminación.

Amón-Ra aparece empuñando dos objetos muy distintivos de la cultura egipcia: el famoso Cetro de Uas, símbolo de poder y dominio de una deidad sobre la creación. También la cruz egipcia o llave de la vida, uno de los símbolos más importantes de los dioses egipcios.

Cuando la ciudad de Tebas se convirtió en el centro del imperio egipcio, Amón-Ra ocupó un puesto de importancia entre los faraones, quienes lo adoraron por su omnipresencia y la capacidad de estar en todos lados, atributo que hacía que los faraones ofrendaran importantes objetos.