Amaltea

Amaltea, mitología griega

Dentro de la mitología griega, Amaltea fue una ninfa náyade hija de los Curetes, reconocida por haber sido la nodriza de Zeus. Según se cuenta, Cronos, gobernante de los Titanes, se casó con su hermana Rea y tuvo por hijos a Démeter, Hera, Hades, Hestia y Poseidón; pero se los comió a todos en cuanto nacieron porque supo, de manos de su madre, que uno de sus propios hijos iba a derrocarlo de la misma forma como él había derrocado a Urano, su padre. No obstante, en su sexto parto, Rea dio a luz a Zeus, a quien escondió en la isla de Creta. En su lugar, le dio a Cronos una piedra envuelta en un pañal (ónfalo), que fue devorada pensando que era un bebé real.

En Creta, más precisamente en el monte Ida, Zeus fue encontrado por Amaltea y criado por esta. La ninfa lo alimentó entonces con leche de cabra y miel de abeja. Un día, uno de los cuernos de la cabra se rompió.

Amaltea lo llenó con frutas y flores y luego se llevó a Zeus, quien lo subió al cielo y lo convirtió en la cornucopia, un símbolo de prosperidad dentro de los griegos. La cabra, por su parte, también fue ascendida por Zeus hasta al cielo, donde se convirtió en la constelación de Capricornio (aunque en otras versiones se convirtió en la estrella Capella, la estrella más brillante de la constelación de Auriga). En otras versiones, es el mismo Zeus quien le rompe el cuerno a la cabra, y este pasa de mano en mano entre varios héroes debido a su gran valor. Según varios autores, Zeus tomó la piel de la cabra y la convirtió en su famosa égida. Luego de ello, regresó y salvó a sus hermanos, venciendo a Cronos con ayuda de los Cíclopes y los Hecatónquiros.