Virgen de Tejeda

La Virgen de Tejeda, conocida también como Nuestra Señora de Texeda es una advocación de la Virgen María creada en el siglo XIII en Cuenca (España), ciudad donde fue construido su santuario. Esta advocación es representada con el niño Jesús en brazos, viste un manto un manto de color verde con apliques florales de color dorado. Al igual que otras advocaciones el color del manto varia, puede ser rojo, blanco, azul o verde, dependiendo de la fiesta o la región en la que se le venere.

Origen del culto

Según la tradición la imagen de la Virgen fue encontrada a comienzos del siglo XIII, por un pastor llamado Juan en un árbol de tejo

, de ahí proviene el nombre de Virgen de Tejeda. Tras ser encontrada se levantó una sencilla ermita para la Virgen, la cual funcionó hasta la llegada de los monjes trinitarios, periodo en el que se construyó una Iglesia y un convento en el lugar donde estaba la ermita.

A finales de la década de 1.510 una repentina y violenta inundación destruyó el convento y la Iglesia, del desastre pudieron salvarse la Virgen y el Santísimo Sacramento, los cuales fueron llevados a la Iglesia parroquial de Garaballa. En la parroquia permanecieron hasta que se edificó el nuevo convento y el Santuario de la Virgen. Este santuario estuvo en su máximo esplendor durante la segunda mitad del siglo XVIII, en el siglo siguiente fueron evacuados los monjes debido a la ley de Desamortización de Mendizábal, por lo que la iglesia y el convento quedaron a cargo del Obispado de Cuenca

En 1693, la Virgen fue traslada por primera vez a Moya, debido a la sequía que azotaba la región. Esta subida se convirtió en costumbre de manera que cada siete años, el 16 de septiembre, la Virgen es llevada desde su Santuario de Garaballa hasta Moya, donde permanece nueve días. En 1927 durante la celebración del septenario de Moya, se produjo un incendio en la iglesia de San Bartolomé, donde estaba la Virgen, esta vez solo pudo salvarse su rostro. Tras el estallido de la Guerra Civil

, el santuario quedó deteriorado debido a los asaltos y saqueos, aun así, durante este periodo el santuario sirvió como hospital. En la década de 1940, el santuario y el convento fueron renovados. Actualmente el convento se ha convertido en hostal donde los turistas y visitantes pueden comer y alojarse. En la actualidad el santuario es uno de los sitios turísticos y religiosos más visitados de Garaballa.