Leyenda del Basajaun, narración del País Vasco, España.

El Basajaun o , también conocido como el Señor de los Bosques, es una de las criaturas pertenecientes a la mitología vasca. Este mitológico ser suele ser representado como un hombre corpulento con barba y largo cabello, el cual le llega hasta las rodillas. Su apariencia es la de un humano a excepción de una de sus piernas en la que tiene pezuñas como las de las terneras; tiene como pareja a la Basandere, señora del Bosque. Esta criatura suele ser llamada el Yeti vasco, debido a su parecido con el mitológico ser que habita en el Himalaya.  El origen del mito del Basajaun data del periodo previo a la invasión romana de la península ibérica.

Basajaun, el protector de los bosques

Cuenta la leyenda que el Basajaun, vive en cuevas ubicadas en lo más profundo de los bosques, alejado de la mirada de los humanos. Desde ahí cumple con sus labores como protector de la naturaleza y los animales. Según los relatos vascos cuando se acercan las tormentas o los depredadores, el Basajaun, pone sobre aviso a los rebaños que suelen pastar en sus territorios, asimismo, se dice que cuando los cencerros de los rebaños suenan al mismo tiempo, es porque este se encuentra cerca y los animales pueden descansar tranquilamente.

El Basajaun, es conocido como el primer agricultor, molinero y herrero, posee diversos conocimientos sobre agricultura y fabricación de herramientas, los cuales se cree fueron robados por el humano hace mucho tiempo, motivo por el que este se mantiene alejado de los humanos, sin ser hostil o agresivo ante estos.

Basajaun y la sierra

Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, un señor llamado Martinico, trato de confundir al Basajaun, para que este le enseñara el secreto de la fabricación de las sierras. Envió a uno de sus criados, para que este anunciara que había creado una sierra, lo cual era mentira. Tras escuchar la noticia, el Basajaun preguntó al criado si el señor conocía la forma de las hojas del árbol de castaño, a lo que este respondió que no, pero que pronto las conocería. Intrigado por la sierra, el Basajaun visitó el taller de Martinico, ahí encontró una sierra inspirada en las hojas del castaño. Al verla comenzó a doblar los dientes para que esta no funcionara, pero esto solo mejoró la herramienta de Martinico. Sin saberlo el Basajaun, había ayudado a crear la primera sierra de dientes triscados.