Leyenda del árbol del vampiro

Cuenta la leyenda que hacia finales del siglo XIX un extraño personaje se estableció en Guadalajara (Jalisco, México).  El extraño hombre vestía siempre de negro y solía salir de su casa a altas horas de la noche, nunca se dejaba ver cuando el sol estaba en lo alto, situación que llamó la atención de los vecinos del forastero; poco tiempo después de la llegada de esta peculiar persona comenzaron a encontrarse numerosos animales muertos, los cuales tenían dos pequeñas marcas en sus cuellos y no poseían ni una gota de sangre. El suceso no alarmó a la población pues estos pensaban que la muerte de los animales se debía a una rara enfermedad epidémica. Con el paso del tiempo dejaron de aparecer animales exanguinados, en su lugar aparecieron cuerpos de jóvenes con las mismas marcas.

Tras la aparición de los primeros cuerpos la población empezó a notar un extraño patrón, los jóvenes atacados desaparecían solo en horas de la noche y las dos pequeñas marcas en los cuellos parecían ser causadas por colmillos, lo cual los llevo a pensar en la existencia de un vampiro en la región. Angustiados decidieron atrapar al ser de la noche colocando como señuelo a joven voluntario, poco tiempo después el vampiro cayó en la trampa, siendo capturado por un grupo de habitantes. Al capturarlo el grupo descubrió que el asesino era el extraño forastero que se había establecido en la ciudad hace poco tiempo; tras conseguir información sobre cómo dar la muerte al terrible ser, clavaron una estaca en su corazón, poniendo fin a la extraña serie de asesinatos.

Después de acabar con la vida del forastero, el grupo enterró su cuerpo en el Panteón de Belén. Al día siguiente los habitantes de la región vieron como de la estaca del vampiro había brotado un gran árbol, el cual atravesaba poco a poco la lápida. Desde entonces los residentes del área comentan que el día en que la tumba se totalmente atravesada el vampiro volverá a la vida, poniendo fin a su largo periodo de encierro.

Este árbol y la tumba del forastero han dado vida a una de las leyendas más populares de México; en la actualidad Panteón de Belén, se ha convertido en un Museo en el que reposan los restos de destacadas figuras de México como Joaquín Angulo, Pedro A. Galván, Dionisio Rodríguez y José Rolón Alcaraz, entre otros.