La Mesa de Salomón

La Mesa de Salomón, conocida también como la Tabla o el espejo de Salomón es uno de los objetos mágicos y simbólicos más representativos del medioevo. Según cuenta la leyenda en esta Salomón depositó todo el conocimiento del universo, la fórmula de la creación y el nombre verdadero de Dios, el cual según la tradición no puede escribirse jamás. Ya que no puede escribirse el nombre fue representado con un jeroglífico, por medio del cual el lector descifraría el nombre exacto.

El propietario de este poderoso objeto, podía ver reflejado en este cualquier lugar del tiempo y del espacio (pasado, presente y futuro), asimismo, a través de una invocación mágica el espejo o la mesa revelaban lo que el propietario quería saber. Es por esto que la leyenda dice que la Mesa de Salomón dará a su propietario el conocimiento absoluto

. En algunos relatos se menciona que esta servía como fuente de información astrológica, por lo que podía funcionar con un zodiaco. Este objeto mágico ha sido descrito de diversas maneras, según cuenta la leyenda esta estaba adornada con apliques de oro y plata, así como gemas preciosas y esmeraldas.

De Jerusalén a Toledo

Este mágico objeto estaba protegido en el Templo de Jerusalén, el cual fue saqueado por las tropas romanas, lideradas por el general Tito en el año 70 d.C. Todos los objetos reunidos en Jerusalén, fueron trasladados a Roma, capital del Imperio, la cual fue saqueada a su vez por los bárbaros de Alarico en el año 410 d.C. Años más tarde la mesa fue llevada por los bárbaros a Toledo (España),

por entonces capital del reino visigodo. En ese entonces la mesa, era utilizada no como elemento mágico, sino para legitimar el poder de los nuevos reyes.

Durante la invasión árabe, el caudillo Tarik llegó a Toledo, en busca de la Mesa de Salomón. Atravesó las murallas de la ciudad y encontró la mesa en posesión de los reyes. Según el libro Historia de las dinastías mahometanas de Al-Makkara, Tarik encontró la mesa en Toledo, esta era de oro solido adornada por esmeraldas, rubíes y perlas. Desde entonces la ubicación de la mesa es un misterio, algunas personas afirman que esta fue trasladada de Toledo, tras la llegada de los árabes, otros comentan que esta fue escondida junto a los grandes tesoros de los reyes, pero nada de esto ha sido corroborado.

Hasta ahora nadie ha podido encontrar el misterioso objeto, incluso se ha llegado a dudar de su existencia, planteándose que esta podría ser un concepto o un tipo de conocimiento trasmitido de generación en generación y no un objeto físico como tal. Ahora bien, cualquier teoría o relato sobre esta carece de soporte, pues la mesa aún no ha sido encontrada.