Leyenda del sillón del Diablo, narración de Valladolid, España.

La historia sobre el sillón del diablo surgió hacia mediados del siglo XVI, periodo en el que fue fundada la primera cátedra de anatomía humana de España, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid. Cuenta la leyenda que un joven estudiante de medicina, dejándose llevar por un sillón cometió atroces crímenes, por los cuales fue condenado a la hoguera.

Leyenda

Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo un joven portugués, de origen sefardí acudió a la Universidad de Valladolid, para estudiar medicina, el nombre de este era Andrés de Proaza. Por el mismo periodo en que este llegó, un pequeño niño de nueve años desapareció, justo en la zona en la que el joven estudiante se había mudado. Los vecinos de este denunciaron a la policía que del sótano del estudiante se escuchaban gritos y llantos, además se veía salir agua machada con lo que suponían era sangre.

Las autoridades atendiendo a la denuncia de los consternados vecinos, entraron en el hogar del portugués. En la casa encontraron evidencia de los macabros experimentos realizados por el joven estudiante, en el sótano encontraron el cuerpo descuartizado del menor desaparecido sobre una mesa, en la que también había cadáveres de perros y gatos diseccionados. Tras ser descubierto el joven confesó entre lágrimas sus crímenes, dijo que tenía un pacto con el Diablo, el cual se le había aparecido a través del sillón en el que se sentaba a estudiar. Al sentarse en este entraba en una especie de trance, por medio del cual escribía textos nigrománticos, así como documentos sobre autopsias en animales vivos.

El joven comentaba que mientras llevaba a cabo lo que el Diablo decía, este le confería diversos conocimientos sobre medicina. Tras la confesión el joven fue arrestado y condenado a la hoguera por el tribunal de la Inquisición. Sus pertenencias fueron subastadas, pero nadie compró los muebles del hogar, debido a la fama que tenían estos. Al final el sillón y parte del mobiliario fueron tomados por la Universidad de Valladolid. Según los relatos aquel que se sienta en el sillón del Diablo varias veces, sin tener conocimientos sobre medicina, muere pocos días después, pero si es médico, este le conferirá diversos conocimientos sobre enfermedades y curas.

En el siglo XX, el sillón fue ubicado en la capilla de la Universidad, sujetó a la pared boca abajo y puesto a una altura respetable para que nadie pudiera sentarse en él. Según los rumores un vigilante de la universidad cansado por el trabajo se sentó en el sillón y pocos días después falleció; lo mismo ocurrió con un albañil que trabajaba en la universidad. Actualmente el sillón, se encuentra en el Museo Arqueológico de Valladolid, Palacio de Fabio Nelli.