Leyenda de la Ánima Sola, narración de Antioquia, Colombia.

También se le conoce como Ánima Errante o Ánima del Calvario, se dice que este relato inició en épocas de Cristo. Se menciona en un apartado sobre la “Sed de Cristo” en las Sagradas Escrituras. Según los relatos en Jerusalén se acostumbraba que las mujeres dieran de beber agua a los sacrificados en la cruz. La joven que estuvo encomendada la tarde de Viernes Santo, solo dio agua a Dimas y Gestas, pero se la negó a Jesús. Por esa razón se le condenó a sufrir la sed y el calor constante entre las llamas del Purgatorio, y desde entonces, el cántaro se vació sin poder nunca ser llenado.
Otra versión dice que Jesucristo iba camino al Monte Calvario, cargando la Cruz, cuando cayó frente a la casa de una mujer. Él le pidió agua para poder continuar, pero en vez de agua, le dio vinagre, provocando la risa de todos. Jesús la miró con compasión, pero la maldición le llegó desde el cielo en forma de rayo haciéndola arder, después San Miguel Arcángel le colocó unos grilletes con pesadas cadenas, condenándole a penar por la eternidad.
La Ánima Sola

quedó es descrita como una mujer joven de larga cabellera, encadenada y cubierta por las llamas del purgatorio, condenada a ser errante y atormentada. Se dice que todo el sufrimiento que ha pagado le ha servido para purificar su alma y tener la capacidad de hacer milagros, es invocada tanto para el bien como para el mal. Los devotos le rezan y encienden luces para disminuir sus penas y le piden varios favores. Otros en cambio, la invocan con oraciones satánicas para hacer el mal.
Otros, por el contrario, buscan favores y protección, entonces deben cumplir su promesa al pie de la letra, tal cual lo ofrecieron si no, se vengará a través de un tenebroso encuentro. Se dice que cuando los castiga los deja sin hablar durante días, incapaces de reponerse al susto de verla envuelta en llamas. Los días del Ánima salen especialmente el Viernes Santo y el día de Los Difuntos.